Nueva Zelanda se convierte en uno de los últimos países occidentales en designar a Hamás en su totalidad como “entidad terrorista”, afirmando que los atentados del 7 de octubre han echado por tierra la idea de que sus alas política y militar pueden separarse.
“La organización en su conjunto es responsable de estos horribles atentados terroristas”, afirma el gobierno, al anunciar una medida que supone la congelación de los activos de Hamás en Nueva Zelanda y la prohibición de proporcionarle “apoyo material”.