Recientemente se ha sabido que Rusia ha cometido presuntos crímenes no sólo contra los ucranianos, sino también contra los soldados de su propio ejército, en particular las mujeres.
Según Radio Free Europe, las médicas de combate rusas que sirven en el frente ucraniano están siendo utilizadas como “esposas de campaña”. Es decir, son utilizadas como esclavas sexuales por otros soldados de combate rusos.
Mujeres obligadas a realizar actos sexuales
En una entrevista concedida a Radio Free Europe, una de estas mujeres reveló que los oficiales rusos obligan a las mujeres a realizar actos sexuales con ellos y las violan repetidamente. Las que consiguen negarse se enfrentan a malos tratos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el mes pasado que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha cometido crímenes de guerra y que la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de dictar una orden de detención contra él estaba justificada.
La definición de “crímenes contra la humanidad” implica el uso continuo, generalizado y sistemático de asesinatos, violaciones, torturas y amenazas de deportación por parte de Rusia contra el pueblo de Ucrania.
¿Qué le ocurrió a Margarita?
“En cuanto llegué a la región de Nizhni Nóvgorod, a Novosmolino, un coronel se fijó en mí en formación”, recordó a Radio Free Europe Margarita, de 42 años, ex médico de campaña en Ucrania. “Era el comandante de la 10ª división blindada. Me dijo: ‘Margo, ven conmigo’”.
“Ordenó que me dieran un uniforme y que me presentara a trabajar en su cuartel general”, relató Margarita. “Cuando conocí mejor a algunas personas, me dijeron: ‘El coronel te ha echado el ojo. Probablemente serás su mujer de campaña’”.
Entonces explicó que, al rechazar las insinuaciones del coronel, éste hizo de su vida “un infierno”.
Un infierno en la tierra
“Cuando llegamos al frente, finalmente me asignaron a la unidad médica”, dijo. “El oficial que estaba allí me dijo que el coronel había ordenado que me ‘castigaran duramente’. Durante un mes, básicamente viví a la intemperie. Mientras todos los demás estaban acuartelados en edificios o barracones, yo dormía en el suelo en una tienda de campaña junto a la carretera”.
“A veces tampoco me daban raciones”, añadió en la entrevista a Radio Free Europe. “Querían doblegarme para que aceptara acostarme con él. Pero yo resistía. Y cuando se dio cuenta de que no me sometería, me trasladó a una unidad de artillería cercana al frente. Pensé que moriría allí”.