Una destacada organización europea sin fines de lucro dedicada a reducir muertes y lesiones por tráfico decidió excluir a Israel de su programa comparativo sobre seguridad vial. La entidad sostuvo que las actuaciones recientes del gobierno israelí contradicen su principio central “de proteger la vida humana”.
En una carta fechada el 1 de diciembre de 2025 y difundida por Haaretz, Antonio Avenoso, director ejecutivo del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte, informó que la junta del ETSC resolvió suspender a la Autoridad Nacional de Seguridad Vial de Israel del Índice de Desempeño en Seguridad Vial (PIN).
“Las recientes acciones del actual gobierno israelí no se consideran compatibles con el compromiso de principios del ETSC y del [programa] PIN de proteger la vida humana”, afirmaba la misiva. El texto añadía que la suspensión rige desde comienzos del mes y quedará sujeta a revisiones periódicas.
La carta no precisó si la medida respondió únicamente a la incapacidad de Israel para frenar los accidentes mortales, en aumento sostenido, o si implicó una crítica más amplia a la guerra contra Hamás en Gaza, conflicto señalado por instituciones europeas por presuntas violaciones de derechos humanos.
El informe PIN más reciente, publicado en agosto, indicó que Israel registró un aumento del 22 por ciento en las muertes por tráfico entre 2023 y 2024, el mayor entre los 32 países analizados. En contraste, la mayoría de los Estados incluidos mostraron descensos en esas cifras.
El incremento de las muertes viales en Israel constituye una tendencia continua desde 2014, según el mismo informe., en contraposición a los avances observados en numerosos países europeos.
De acuerdo con la Autoridad Nacional de Seguridad Vial de Israel (NRSA), las 452 muertes por tráfico registradas en 2025 convierten ese año en el más letal en carreteras desde 2005, un hito que refuerza las críticas sobre la falta de políticas eficaces.
El Ministerio de Transporte aprobó recientemente un plan quinquenal que plantea reducir las muertes por tráfico un 5% anual hasta 2030. La meta queda muy por debajo del objetivo de reducción del 50% incluido en un programa similar presentado por la cartera en 2020.
“Los europeos nos han mostrado una tarjeta roja en la lucha contra los accidentes de tráfico”, declaró a Haaretz Yaniv Yaakov, director ejecutivo de la organización Or Yarok. “La seguridad vial en Israel ha sido descuidada en los últimos años y se ha colocado en el nivel más bajo de prioridad, y este es el resultado.
“Mientras los gobiernos europeos colocan la seguridad vial en su lugar correspondiente, como la máxima prioridad, y trabajan de acuerdo con un plan nacional plurianual, el [Ministerio de Transporte] ha mostrado indiferencia y falta de interés. La consecuencia de no tener un plan nacional plurianual es un aumento de las víctimas mortales, y todos estamos pagando el precio tras otro año más de fracaso”.
El aumento de las muertes coincidió con advertencias del jefe saliente de la NRSA, organismo independiente encargado de coordinar la lucha contra los accidentes de tráfico. El funcionario señaló que la demora en aplicar un plan plurianual con presupuesto asignado obstaculizó seriamente los esfuerzos para frenar el fenómeno.
El primer plan estratégico de este tipo recibió aprobación en 2005 y se ejecutó durante una década hasta 2015. Un informe del Contralor del Estado de mayo de 2024 concluyó que los objetivos fijados, como desplegar 450 unidades de control y reducir las muertes a 300, nunca se cumplieron.
Al crearse la NRSA, el gobierno estableció un presupuesto anual de 550 millones de NIS ($171 millones), aunque las asignaciones disminuyeron de forma constante. En la actualidad, el monto apenas alcanza los 60 millones de NIS ($19 millones), según informó The Marker.
En paralelo, la División de Tráfico de la policía funciona muy por debajo de los estándares internacionales. El diario económico señaló que existe un coche patrulla por cada 180 kilómetros de carreteras interurbanas, frente al promedio de la OCDE de un vehículo por cada 10 kilómetros.
