Un piloto belga corre a través de un hangar de aviones a su caza F16 y salta a su cabina para un ejercicio de práctica de intercepción de aviones rusos por parte de la OTAN en el espacio aéreo aliado.
Mientras que el mal tiempo en Lituania lo mantuvo en tierra, otros pilotos de Reino Unido, Francia y Dinamarca salieron al aire para encuentros cercanos a velocidades de 900 km/hora.
Las infracciones del espacio aéreo de la OTAN sobre el Báltico han disminuido desde la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014, pero la actividad aérea en las fronteras aliadas permanece constante, ya que los aviones vuelan desde el territorio ruso continental a través del Mar Báltico hasta Kaliningrado.
“Están presentes más o menos todos los días”, dijo a Reuters el martes el teniente general de la fuerza aérea alemana Klaus Habersetzer, que dirige el comando de policía aérea del norte de Europa de la OTAN, mientras sobrevolaba el Báltico.
Durante los simulacros, los pilotos de la OTAN que llevaban misiles aire-aire se turnaron para simular la intercepción de un transportador de la fuerza aérea belga, que hacía el papel de un avión ruso, en ruta hacia Lituania, realizando inspecciones visuales del estado del avión.
Dado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusa regularmente a Europa de no gastar lo suficiente en defensa, los comandantes aéreos esperan que estas demostraciones puedan resaltar la forma en que los cazas de la OTAN están ayudando a proteger el continente.