Durante una conferencia en París dedicada a apoyar al Líbano, afectado por la guerra, se recaudaron este jueves aproximadamente 800 millones de dólares en asistencia humanitaria, junto con millones adicionales destinados a fortalecer el ejército libanés. A pesar de este avance financiero, los esfuerzos diplomáticos para poner fin a los enfrentamientos entre Israel y el grupo terrorista Hezbolá mostraron poco progreso.
Esta suma superó significativamente el objetivo inicial de Francia, que buscaba 500 millones de euros, y los 426 millones de dólares solicitados previamente por la ONU. Según el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, más de 2.500 personas han muerto y “casi un millón” han sido desplazadas desde que los combates comenzaron a finales de septiembre.
Barrot cerró la conferencia afirmando: “Hemos logrado reunir un total de 800 millones de dólares en ayuda humanitaria”, y añadió que otros “200 millones de dólares están destinados a las fuerzas de seguridad”, elevando el total a “casi mil millones de dólares, e incluso más con las últimas contribuciones recibidas”.
El mes anterior, Israel lanzó una ofensiva aérea y una incursión terrestre limitada en el sur del Líbano, con el objetivo de frenar los ataques transfronterizos que Hezbolá, respaldado por Irán, había llevado a cabo durante el año. Hezbolá, a su vez, buscaba respaldar al grupo terrorista Hamás tras el devastador ataque del 7 de octubre de 2023. Estos enfrentamientos han dejado decenas de civiles y soldados muertos, obligando a unos 60.000 residentes del norte de Israel a evacuar, mientras millones más viven bajo la amenaza constante de ataques por parte de Hezbolá y otros representantes de Irán en la región.
La conferencia en París contó con la participación de más de 70 países y organizaciones internacionales, quienes se unieron para coordinar la ayuda al Líbano, un país que ha sido incapaz de controlar a Hezbolá. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a los participantes que “refuercen su apoyo a las instituciones estatales, incluidas las fuerzas armadas libanesas”.
Barrot elogió los resultados alcanzados, afirmando que “hemos respondido a la altura de las circunstancias”. Entre las principales promesas de ayuda se incluyen unos 300 millones de dólares por parte de Estados Unidos, 100 millones de euros (equivalentes a 108 millones de dólares) de Francia, 95 millones de euros (103 millones de dólares) de Alemania y al menos 15 millones de libras (20 millones de dólares) de Gran Bretaña.
No obstante, Barrot subrayó que “no podemos limitar nuestra respuesta a la ayuda humanitaria y de seguridad… es necesario encontrar una solución diplomática”. Sin embargo, aunque se hicieron repetidos llamados a un alto el fuego, el progreso en París fue escaso en términos diplomáticos. Israel e Irán no estuvieron presentes, y Estados Unidos solo envió un representante adjunto al secretario de Estado, Antony Blinken.
Francia y EE. UU. impulsan tregua de 21 días en el Líbano

Francia, que mantiene estrechos vínculos históricos con el Líbano y cuenta con una importante diáspora libanesa, está ejerciendo presión junto con Estados Unidos para establecer un alto el fuego de 21 días.
El objetivo es crear las condiciones para una tregua más prolongada en la región. París busca reactivar la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige que las Fuerzas Armadas Libanesas sean la única fuerza armada en el sur del Líbano.
Desde su aprobación tras el último conflicto importante entre Israel y Hezbolá en 2006, la Resolución 1701 no ha sido efectivamente implementada. Esto ha permitido que Hezbolá, con el respaldo de Irán, acumule un importante arsenal de armas y capacidades defensivas, sin que la misión de paz de la ONU (FPNUL) ni las Fuerzas Armadas Libanesas hayan intervenido para enfrentar al grupo terrorista.
Durante la conferencia en París, el presidente francés, Emmanuel Macron, sentado junto al primer ministro libanés, Najib Mikati, expresó: “La guerra debe terminar cuanto antes, debe implementarse un alto el fuego en el Líbano”. Mikati, por su parte, hizo un llamado a la comunidad internacional para que se mantenga unida y apoye los esfuerzos encaminados a establecer un cese inmediato de las hostilidades.
Mikati también subrayó el devastador impacto de la guerra en su país, afirmando: “No se puede subestimar el rastro de destrucción y sufrimiento que ha dejado esta guerra. La agresión israelí no solo ha causado una gran pérdida de vidas humanas, sino que también ha infligido serios daños a la infraestructura, la economía y la cohesión social del Líbano”.
Al inaugurar la conferencia, Macron criticó a Israel por continuar con sus operaciones militares contra Hezbolá, tanto en el sur del Líbano como en Beirut y otras zonas, y señaló que el número de víctimas civiles sigue en aumento. Reiteró su llamado a un alto el fuego inmediato en la región.
Aunque Israel ha logrado eliminar a varios líderes de Hezbolá en las últimas semanas, Macron destacó que el país “sabe por experiencia que sus éxitos militares no garantizan una victoria definitiva en el Líbano”. También instó a Hezbolá a “cesar sus provocaciones y ataques indiscriminados” contra Israel.
En las últimas semanas, Macron ha adoptado una postura más firme hacia Israel, pidiendo repetidamente un alto el fuego tanto en el Líbano como en Gaza. Además, ha condenado el “insoportable costo humano” de estos conflictos. El lunes pasado, reiteró su llamado a un cese de las hostilidades durante una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, según informó la oficina del presidente francés.
Las relaciones entre los líderes de Francia e Israel han mostrado signos de tensión recientemente, especialmente después de que Macron solicitara detener las exportaciones de armas que podrían ser usadas en Gaza.
Francia condena “ataques a fuerzas de paz” y pide apoyo para ejército libanés

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha condenado con firmeza los ataques “deliberados” que, según él, han sido dirigidos por Israel contra las fuerzas de paz de la ONU en el sur del Líbano, aunque Israel ha negado tales acusaciones.
Durante la conferencia internacional sobre ayuda al Líbano, los participantes discutieron cómo fortalecer la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FPNUL), que cuenta con 10.500 efectivos. Francia, Italia y España aportan un tercio de las tropas que forman parte de esta misión.
Italia, con más de 1.000 soldados desplegados en la FPNUL, ha estado ejerciendo presión para reforzar la capacidad de esta fuerza de mantenimiento de paz. Un diplomático italiano, que prefirió no ser identificado al tratar asuntos delicados, comentó que se busca que la FPNUL “pueda hacer frente a la nueva situación” que enfrenta la región.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró el jueves que los ataques contra las fuerzas de paz son “absolutamente inaceptables” y van en contra del derecho internacional, así como del derecho internacional humanitario, señalando que dichos ataques podrían constituir crímenes de guerra.
Guterres también instó a los líderes del Líbano a tomar medidas concretas para garantizar el correcto funcionamiento de las instituciones estatales y abordar los urgentes desafíos en materia de seguridad y política.
Francia, a través de esta cumbre, esperaba coordinar esfuerzos internacionales para fortalecer las capacidades de las Fuerzas Armadas Libanesas, con el fin de permitir su despliegue más amplio y eficiente en el sur del país.
Un acuerdo de este tipo podría facilitar la retirada de las fuerzas de Hezbolá de la frontera. Según la oficina de Macron, el apoyo internacional incluiría equipamiento, entrenamiento y asistencia financiera para reforzar al ejército libanés, que ha sido duramente afectado por la crisis económica que enfrenta el país desde hace cinco años.
Actualmente, el ejército libanés cuenta con un arsenal anticuado y carece de defensas aéreas. Con unos 80.000 efectivos, solo 5.000 están desplegados en el sur del Líbano, mientras que Hezbolá, respaldado por Irán, tiene más de 100.000 combatientes y un arsenal más avanzado, según lo que mencionaba el ex líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, antes de ser abatido en un ataque israelí el mes pasado.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, subrayó la importancia de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, describiéndola como la “piedra angular de la estabilidad y seguridad en el sur del Líbano”. Esta resolución, que pide que el ejército libanés sea la única fuerza armada en el sur del país, ha sido el punto central en los debates para alcanzar una solución a largo plazo.
El jefe del Programa de Desarrollo de la ONU, Achim Steiner, advirtió sobre el colapso inminente de la economía libanesa bajo la presión de la guerra, pronosticando una contracción de más del 9% si la guerra se prolonga. Steiner destacó que la destrucción y el caos están empujando al país hacia un colapso económico inevitable.
Por su parte, Bachir Ayoub, director de Oxfam en el Líbano, expresó su frustración ante la falta de avances concretos, diciendo que cualquier cosa que no conduzca al fin inmediato de la destrucción “haría de esta cumbre un fracaso”.
Grupos de ayuda denuncian la inacción internacional ante la crisis en Líbano y Gaza

Oxfam, junto con más de 150 organizaciones de ayuda, condenó el jueves lo que describieron como un “flagrante desprecio por el derecho internacional” en la respuesta de la comunidad internacional a las acciones militares de Israel en Gaza, Judea y Samaria y Líbano. Las organizaciones advirtieron que, sin medidas de rendición de cuentas, “no habrá líneas rojas” para las operaciones militares en la región.
La Organización Internacional para las Migraciones informó que unas 800.000 personas han sido desplazadas en el Líbano, muchas de las cuales se encuentran en refugios sobrepoblados. Otras han huido a través de la frontera hacia Siria, mientras que el gobierno libanés, sumido en una profunda crisis económica, no está preparado para hacer frente a la situación. La presión sobre el sistema de salud libanés ha aumentado significativamente, con varios hospitales evacuados debido a ataques aéreos cercanos y el temor de que puedan ser atacados. Israel ha acusado a Hezbolá de utilizar a civiles como escudos humanos en estos hospitales.
Desde el 8 de octubre, Hezbolá ha llevado a cabo ataques diarios contra comunidades israelíes y posiciones militares a lo largo de la frontera, afirmando que sus acciones son en apoyo a Gaza. Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre, unos 60.000 residentes del norte de Israel fueron evacuados por temor a un ataque de Hezbolá, además del creciente lanzamiento de cohetes por parte del grupo.
Los ataques contra el norte de Israel han dejado 29 civiles muertos desde octubre de 2023. Además, 55 soldados y reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han perdido la vida en enfrentamientos transfronterizos y en la operación terrestre lanzada en el sur del Líbano a finales de septiembre. Las FDI estiman que más de 2.000 combatientes de Hezbolá han muerto en la guerra, de los cuales 516 han sido identificados por el propio grupo.