Un tribunal de Turquía rechazó el miércoles una nueva apelación del pastor estadounidense Andrew Brunson, cuya detención provocó una grave crisis en las relaciones entre Turquía y Estados Unidos, informaron los medios locales.
El tribunal de la ciudad occidental de Izmir rechazó la apelación y dictaminó que Andrew Brunson permanecerá bajo arresto domiciliario, informó la televisión estatal TRT.
Más temprano el miércoles, Turquía dijo que estaba aumentando los aranceles sobre las importaciones de ciertos productos estadounidenses en respuesta a las sanciones estadounidenses sobre Ankara que causaron que el valor de la lira se desplomara.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, dijo que las subidas se ordenaron “en el marco de la reciprocidad en represalia por los ataques conscientes a nuestra economía por parte de la administración estadounidense”.
Ankara dijo que impondrá aranceles adicionales a las importaciones de productos que incluyen arroz, vehículos, alcohol, carbón y cosméticos. Las tarifas de los automóviles estadounidenses se duplicaron al 120 por ciento, mientras que las tarifas a las bebidas alcohólicas aumentaron al 140 por ciento.
Las alzas se publicaron en la Gaceta Oficial de Turquía en un decreto firmado por el presidente Recep Tayyip Erdogan.
La medida se produce después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la semana pasada que Estados Unidos estaba duplicando las tarifas de acero y aluminio en Turquíamientras los dos aliados de la OTAN discuten por la detención de Andrew Brunson.
Las tensiones y el aumento de los aranceles de los Estados Unidos han causado que la lira turca pierda valor, avivando los temores de que el país esté al borde de una crisis económica que podría extenderse a Europa.
Erdogan ha descrito repetidamente la crisis como una “guerra económica” que Turquía ganará.
Los inversionistas están preocupados no solo por las agrias relaciones de Turquía con Estados Unidos, un viejo aliado de la OTAN, sino también por las políticas económicas del presidente turco Recep Tayyip Erdogan y la alta deuda del país acumulada en monedas extranjeras.
Las relaciones entre los dos aliados de la OTAN se han desplomado en una de sus peores crisis en décadas mientras Trump intenta asegurar la liberación de Andrew Brunson, un pastor evangélico de Carolina del Norte que fue juzgado en Turquía por espionaje y cargos relacionados con el terrorismo.
El lunes, el presidente de los EE. UU. firmó un acta de autorización de defensa que prohíbe especialmente la entrega de aviones F-35 Joint Strike Fighter a Turquía si compra el sistema de defensa aérea S-400 de Rusia.
Turquía llegó a un entendimiento por el sistema de defensa ruso a pesar de ser un aliado de la OTAN, y se ha estado acercando cada vez más al presidente ruso, Vladimir Putin, alarmando tanto a los EE. UU. como a la UE.
El martes, Erdogan anunció que Turquía boicotearía los productos electrónicos de EE. UU., destacando los iPhones. Sugirió que los turcos comprarían teléfonos locales o coreanos, aunque no estaba claro cómo se proponía hacer cumplir el boicot.