Los analistas del Instituto Americano para el Estudio de la Guerra creen que, a pesar de las declaraciones de Vladimir Putin, la movilización oculta continuará en Rusia. Por un lado, el ministro de Defensa ruso dice que el plan de movilización se ha cumplido, y el presidente ruso afirma que 318.000 personas fueron reclutadas en el ejército. Por otro lado, el mismo día, Putin firma un decreto que permite el reclutamiento de personas que tengan antecedentes penales no cancelados o pendientes por la comisión de determinados delitos graves. Según los analistas, la movilización de convictos en lugar de la población civil reducirá la tensión social en la sociedad.
Además, Putin firmó un decreto según el cual los militares movilizados y contratados recibirán pagos únicos de 195 mil rublos (3.150 dólares). Sin embargo, esta medida ejercerá presión sobre la economía rusa y puede provocar tensiones sociales. Es posible que el sistema burocrático ruso intente sabotear el pago de las indemnizaciones a los llamados al servicio. El decreto dice que el orden de los pagos debe ser determinado por el gobierno de la Federación Rusa. Mientras tanto, los gobernadores de algunas regiones se niegan a realizar estos pagos. Así, el jefe de la región de Oryol, Andrei Klychkov, explicó la falta de pagos de dietas por el hecho de que las autoridades suministran a los movilizados todo lo que necesitan, y los militares no podrán utilizar este dinero mientras estén en la zona de guerra. Más tarde, el jefe de la región cambió de opinión. Pero las familias de los movilizados recibirán cuatro veces menos de lo prometido: 50 mil rublos (810 dólares).
La oposición rusa y las publicaciones en línea informan de que las autoridades y los representantes empresariales se están preparando para la segunda ronda de movilización. Actualmente se está llevando a cabo la modernización de las oficinas de reclutamiento y la preparación de las listas de elegibles. Algunos ciudadanos ya han informado de que han recibido avisos de convocatoria para 2023. Los analistas señalan que aún no está claro si el Kremlin continuará con el “reclutamiento oculto” o lanzará una nueva ola oficial de movilización. Sólo una cosa está clara: los decretos de Putin indican problemas constantes en las fuerzas armadas rusas.