La discusión entre Polonia y Rusia sobre quién colaboró con los nazis continuó esta semana, y el presidente de Polonia Andrzej Duda amenazó con no ir al Quinto Foro Mundial sobre el Holocausto en Jerusalén este mes si no se le da la oportunidad de hablar como al presidente ruso Vladimir Putin.
Duda dijo a la estación de televisión polaca TVP el domingo por la noche: “Me enteré que los presidentes de Alemania, Francia y Rusia, cuyos países colaboraron con la Alemania nazi, darán discursos”.
“Creo que como presidente de Polonia, puedo hablar del sufrimiento”, declaró.
Se espera que alrededor de 40 líderes de todo el mundo asistan al evento en Yad Vashem el 23 de enero, y solo los líderes israelíes y los jefes de las potencias mundiales que estaban en el momento de la Segunda Guerra Mundial darán discursos.
Polonia ha buscado un mayor reconocimiento del mundo de los millones de víctimas polacas de la Segunda Guerra Mundial y del comunismo en los últimos años.
Un portavoz de Duda, Krzystztof Szczerski, aclaró las condiciones de Duda para asistir a la conferencia en una entrevista con la Radio Polaca Uno durante el fin de semana.
Szczerski dijo que Polonia le dijo a Israel que tener a Putin como uno de los oradores es “inaceptable”, debido a sus “insultantes y engañosas afirmaciones sobre el curso y los orígenes de la Segunda Guerra Mundial”.
Los comentarios se produjeron después de que un periódico polaco informara que Duda no asistirá al evento; Duda, sin embargo, dijo que todavía está indeciso.
El ultimátum de Duda llega después de semanas de idas y venidas entre Polonia y Rusia sobre quién tiene la culpa de la Segunda Guerra Mundial.
La disputa comenzó con una reciente resolución del Parlamento Europeo que culpaba al pacto de no agresión de Molotov-Ribbentrop del 23 de agosto de 1939 por el estallido de la Segunda Guerra Mundial ocho días después. El líder nazi Adolfo Hitler y el dictador soviético Joseph Stalin habían acordado en secreto dividir Polonia y los estados bálticos entre Alemania y la Unión Soviética. La Wehrmacht invadió Polonia desde el oeste, el sur y el norte el 1 de septiembre de 1939, y el Ejército Rojo ocupó Polonia, Lituania, Letonia y Estonia desde el este el 17 de septiembre de 1939. Posteriormente, Stalin deportó 1,7 millones de polacos y 200.000 bálticos a la Unión Soviética, muchos de ellos al gulag.
Putin argumentó que el apaciguamiento occidental de Hitler provocó la guerra, y que llamar la resolución del Parlamento Europeo era una “pura tontería”, y que la Unión Soviética se vio obligada a aceptar el acuerdo de no agresión para evitar un ataque alemán porque Reino Unido permitió que Hitler se anexara a Checoslovaquia.
El presidente ruso dijo también que Józef Lipski, el embajador polaco en Berlín en ese momento, “expresó su total solidaridad con Hitler en sus opiniones antisemitas”.
Después de que Alemania invadió la Unión Soviética en 1941, esta última luchó en la guerra del lado de los Aliados. Alrededor de 27 millones de soldados y civiles soviéticos murieron para liberar a Europa de las garras de los nazis, aunque las cifras exactas son discutidas.
Invadida tanto por la Alemania nazi como por la Unión Soviética, Polonia considera a ambos países como agresores responsables del sufrimiento y la muerte de millones de polacos.
El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki dijo: “Nuestro país fue el primero en experimentar la agresión armada de la Alemania nazi y la Rusia soviética. La resistencia a estos poderes malignos no es solo el recuerdo del heroísmo polaco, es algo mucho más importante. Esta resistencia es el legado de toda la Europa, ahora libre y democrática, que luchó contra estos dos regímenes totalitarios… Polonia debe defender la verdad”.
Morawiecki argumentó que Hitler y Stalin “no solo eran aliados sino también amigos”, que cooperaron repetidamente.
La disputa entre Putin y Morawiecki también se produce cuando Polonia ha argumentado que su pueblo no desempeñó ningún papel significativo en el Holocausto. Varsovia se ofende particularmente por la frase “campos de muerte polacos” que se utiliza para describir los campos de concentración ubicados en lo que ahora es una Polonia independiente pero que luego fue ocupada por los nazis.
A principios de este año, Morawiecki canceló un viaje planeado a Israel después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo “los polacos cooperaron con los nazis”.
En 2017, Polonia promulgó una ley que hace ilegal acusar a Polonia o al pueblo polaco de ser responsable de la Segunda Guerra Mundial o del Holocausto. La legislación originalmente conllevaba una sentencia de cárcel, que luego fue cancelada. Muchos funcionarios israelíes condenaron la ley, incluyendo al presidente Reuven Rivlin, quien dijo que Polonia y los polacos “tuvieron que ver con el exterminio” de los judíos en el Holocausto.