El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, lanzó el martes una diatriba contra Israel, acusando al país de estar “cegado por la ira” al redoblar sus planes de lanzar una ofensiva terrestre contra la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza.
En declaraciones a los legisladores del Parlamento irlandés citadas por la CNN, Varadkar dijo que tenía “muy claro” que Israel “no escucha a ningún país del mundo”, ni siquiera a Estados Unidos.
“Ellos [Israel] se han cegado por la rabia. Y creo que van a empeorar mucho la situación para su propia seguridad a largo plazo siguiendo el camino que están tomando”, afirmó el primer ministro irlandés.
Varadkar afirmó que una ofensiva terrestre israelí sobre la ciudad fronteriza de Rafah “no debería producirse”, y añadió: “Existe un grave riesgo de que se produzca una masacre en Rafah si se produjera un asalto terrestre”.
Varadkar causó un gran revuelo en noviembre, después de que dijera que Emily Hand, de nueve años, con doble residencia en Irlanda e Israel, que había sido liberada del cautiverio de Hamás, “estaba perdida [y] ahora ha sido encontrada y devuelta”.
Sin embargo, no se mencionó el hecho de que Hand estuvo retenida por terroristas de Hamás durante 50 días, ni el atentado que perpetraron en Israel el 7 de octubre, cuando secuestraron a Hand y a más de 200 personas.
El presidente Isaac Herzog respondió más tarde a los comentarios de Varadkar y dijo que “la declaración del primer ministro de Irlanda sobre la liberación de Emily Hand era inaceptable. Emily no estaba perdida. Emily no salió a dar un paseo y se perdió. Emily fue secuestrada a punta de pistola por asesinos monstruosos y viles, y fue mantenida en cautividad sin ninguna conexión con su familia, con el mundo, ni siquiera con la Cruz Roja”.
Las relaciones entre Israel e Irlanda han sido tensas en los últimos años. En mayo de 2021, el entonces ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, tachó de “brutales” las operaciones antiterroristas de Israel en la Franja de Gaza y afirmó que Israel “debía ser condenado”.
Posteriormente, el gobierno israelí convocó al embajador irlandés para pedirle aclaraciones tras los comentarios de Coveney.
Ese mismo mes, el gobierno de Irlanda apoyó una moción parlamentaria que condenaba la “anexión de facto de tierras palestinas por parte de Israel”.
En 2019, el Parlamento irlandés aprobó una ley que promueve el boicot a los productos de Judea y Samaria.