El miércoles, decenas de personas fueron arrestadas en una protesta en Moscú contra las reformas constitucionales que dan al presidente Vladimir Putin la opción de permanecer en el poder por otros 16 años, informaron testigos y un grupo de monitoreo.
Unos 500 manifestantes, muchos de los cuales llevaban mascarillas marcadas con la palabra “no”, corearon llamadas a la dimisión de Putin y levantaron pancartas contra las reformas.
La policía los rodeó y comenzó a hacer arrestos a última hora de la noche después de que los participantes iniciaran una marcha por uno de los principales bulevares de la ciudad, con oficiales en equipo antidisturbios que acorralaron a la fuerza a los manifestantes y los colocaron en furgonetas.
Más de cien personas fueron detenidas, según el grupo de vigilancia de los derechos OVD-Info. No hubo una confirmación inmediata de la policía o el gobierno sobre el número de detenciones.
Una votación a principios de este mes modificó la constitución rusa, otorgando a Putin el derecho a presentarse a dos mandatos presidenciales más, un resultado que el Kremlin describió como un triunfo.
Los activistas de la oposición señalan que el voto fue ilegítimo y que es hora de que Putin, que ha gobernado Rusia durante más de dos décadas como presidente o primer ministro, renuncie.
“Vine aquí a firmar la petición contra las reformas constitucionales porque soy un nacionalista”, mencionó un hombre de 40 años con una camiseta negra mientras los manifestantes coreaban “Putin es un ladrón”.
Vasilisa, de 14 años, manifestó que también firmó la petición porque Putin “es el culpable de la pobreza en nuestro país”.
“Aquí se mata a los homosexuales, se golpea a las mujeres, y nadie tiene que rendir cuentas”, añadió.
La semana pasada fueron detenidos dos activistas rusos que participaban en la campaña contra las reformas constitucionales y se registraron los domicilios de otros cinco, antes de la protesta prevista, que no había sido sancionada por las autoridades.
Las reuniones masivas están prohibidas en la capital debido a las restricciones por la COVID-19. Incluso en tiempos normales, las protestas de más de una persona requieren el consentimiento previo de las autoridades.