El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció que Israel garantizó la seguridad del personal ruso en la planta nuclear de Bushehr, Irán, construida por Moscú. En el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Putin reveló contactos con Israel y Estados Unidos para buscar un cese al conflicto de una semana entre Irán e Israel. Propuso ideas para un posible acuerdo, discutidas actualmente por ambas partes.
Durante el foro, Putin afirmó que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aceptó proteger a los trabajadores rusos en los reactores de Bushehr. También señaló que el presidente estadounidense, Donald Trump, respaldará las demandas de Moscú.
Negó acusaciones de abandonar a Irán, aliado de Rusia, y destacó las buenas relaciones con ambos países. Resaltó que Israel acoge a casi dos millones de personas de origen ruso o exsoviético, un aspecto que Rusia considera en sus decisiones. A su vez, reafirmó el apoyo de Moscú al derecho de Irán a usar energía nuclear con fines pacíficos.
El líder ruso expresó alarma por los enfrentamientos cerca de instalaciones nucleares iraníes. La semana pasada, las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron objetivos militares, científicos y de enriquecimiento de uranio en Irán, con el objetivo de frenar supuestos planes de destruir Israel. En respuesta, Irán lanzó 470 misiles balísticos y 1.000 drones contra Israel, causando 24 muertes y miles de heridos, además de daños en edificios residenciales.
En otro tema, Putin advirtió a Ucrania sobre posibles pérdidas territoriales si rechaza las condiciones rusas para la paz. Explicó que las fuerzas rusas avanzan en la región ucraniana de Sumy, tras un ataque ucraniano en Kursk, para crear una zona de seguridad. Las tropas han avanzado 10 kilómetros hacia la capital de Sumy, una ciudad de 270.000 habitantes. Aunque aclaró que no busca capturar Sumy, no descartó esa posibilidad.
Putin insistió en que rusos y ucranianos forman “un solo pueblo” y afirmó que Rusia reconoce la soberanía de Ucrania, pero exige que Kiev acepte las conquistas territoriales rusas y abandone su aspiración de unirse a la OTAN. “No queremos la rendición de Ucrania, sino que reconozcan la realidad en el terreno”, declaró. Advirtió que continuar la guerra militar empeorará la posición de Ucrania en futuras negociaciones.
Sobre rumores de que Ucrania podría usar una “bomba sucia” contra Rusia, Putin calificó esa acción como “su último error”, prometiendo una respuesta “catastrófica” basada en la doctrina nuclear rusa. Aunque dijo no tener pruebas de tales planes, señaló que “algunas personas podrían imaginarlo”.
En el ámbito económico, Putin destacó el crecimiento de Rusia y su menor dependencia de las exportaciones energéticas. Contradijo advertencias de su gobierno sobre una posible recesión, como la del ministro de Economía, Maxim Reshetnikov, quien alertó sobre riesgos económicos.
Putin afirmó que la inflación bajó al 9,6% y que la economía creció un 1,5% en 2025, impulsada por la industria manufacturera. Subrayó que la percepción de Rusia como economía basada en materias primas es obsoleta.
El foro, usado por Putin para atraer inversión extranjera, ha perdido presencia de ejecutivos occidentales desde la invasión de Ucrania en 2022. La economía rusa, afectada por sanciones, ha resistido gracias al gasto militar, que mantiene bajo el desempleo, pero impulsa la inflación.
Las primas militares y compensaciones por caídos en Ucrania han aumentado ingresos en regiones pobres. Sin embargo, economistas advierten que la falta de inversión extranjera y la inflación amenazan el crecimiento a largo plazo.