Putin calificó de “injustificados” los ataques a Irán, pero no ofreció ayuda militar concreta, pues prioriza la mediación en la guerra.
Putin critica ofensiva contra Irán sin comprometer apoyo
El presidente ruso, Vladimir Putin, expresó el lunes su condena a los recientes ataques contra Irán, pues los calificó de “no provocados” e “injustificados” durante una reunión en el Kremlin con el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi. Sin embargo, Putin no anunció medidas concretas de apoyo militar o estratégico a Teherán, un aliado clave de Moscú en Oriente Medio.
En declaraciones televisadas, Putin afirmó: “Esta agresión absolutamente no provocada contra Irán es injustificada”. Aunque no mencionó directamente a Estados Unidos, el Kremlin ya había condenado previamente los ataques estadounidenses. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, señaló horas antes que Rusia “condena” y “lamenta profundamente” la escalada, pero destacó que Moscú no planea alterar sus relaciones bilaterales con Washington por este asunto, ya que lo describió como un “tema diferente”.
Los ataques estadounidenses se produjeron tras una ofensiva israelí iniciada el 13 de junio, que apuntó a líderes militares iraníes, científicos nucleares, sitios de enriquecimiento de uranio y el programa de misiles balísticos de Irán. Israel justificó la campaña como una medida preventiva para frustrar los planes iraníes de desarrollar capacidades nucleares militares y cumplir su declarado objetivo de destruir el Estado judío. En respuesta, Irán lanzó más de 550 misiles balísticos y cerca de 1.000 drones contra Israel, lo que causó la muerte de 24 personas y miles de heridos, según datos de autoridades sanitarias israelíes.
Araghchi, en su encuentro con Putin, elogió los lazos “estrechos y de larga data” entre Teherán y Moscú, y afirmó que Irán ejerce una “defensa legítima” frente a las agresiones. También entregó una carta del líder supremo iraní, Ayatolá Alí Jamenei, en busca de un respaldo más firme de Rusia. Sin embargo, fuentes iraníes indicaron a Reuters que Teherán está decepcionado por la falta de apoyo concreto de Moscú, aunque no especificaron qué tipo de ayuda solicita Irán.
Datos clave sobre la relación Rusia-Irán y la crisis actual
- Acuerdo estratégico: Rusia e Irán firmaron un pacto de asociación de 20 años en 2025, pero Moscú ha minimizado sus obligaciones.
- Cooperación militar: Rusia ha adquirido armas iraníes para su guerra en Ucrania, como drones y misiles.
- Mediación rusa: Putin se ofreció como mediador entre Irán, Israel y EE. UU., propuesta que rechazó el presidente Donald Trump.
- Impacto de ataques: Los misiles iraníes han dañado infraestructura clave en Israel, como edificios residenciales y un hospital.
- Posición de la ONU: Rusia, China y Pakistán propusieron un alto el fuego inmediato en el Consejo de Seguridad el domingo.
La postura de Rusia: Mediación sobre confrontación
Putin ha promovido a Rusia como un posible mediador en la guerra, una idea que ha reiterado en varias ocasiones, pero que descartó el presidente estadounidense, Donald Trump, la semana pasada. El líder ruso afirmó que Israel garantizó la seguridad de los especialistas rusos que trabajan en la planta nuclear de Bushehr, donde Rusia colabora en la construcción de dos reactores.
Pese a la retórica de apoyo, Putin evitó comprometerse con acciones específicas. Cuando se le preguntó sobre posibles medidas de apoyo a Irán, Peskov respondió: “Todo depende de lo que Irán necesite. Hemos ofrecido nuestros servicios de mediación”.
En el ámbito diplomático, Rusia ha buscado alzar su voz en foros internacionales. Durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU el domingo, el embajador ruso, Vassily Nebenzia, comparó los ataques estadounidenses con las justificaciones de la invasión de Irak en 2003, cuando el exsecretario de Estado, Colin Powell, presentó supuestas pruebas de armas de destrucción masiva. Nebenzia afirmó: “Una vez más se nos pide que creamos en los cuentos de hadas de Estados Unidos, para volver a infligir sufrimiento a millones de personas que viven en Oriente Medio”.
A pesar de la presión interna en Rusia, donde algunos sectores abogan por un apoyo más robusto a Irán, similar al que Estados Unidos ofrece a Ucrania, Putin ha mostrado poco interés en una confrontación directa con Washington. Esta reticencia se produce en un momento en que Trump busca mejorar las relaciones con Moscú, lo que podría influir en la postura rusa respecto a Irán.
Contexto regional y tensiones nucleares
La ofensiva israelí, que comenzó el 13 de junio, marcó un punto de inflexión en la escalada de tensiones entre Israel e Irán. Los ataques apuntaron a infraestructura clave del programa nuclear iraní, que Israel y Estados Unidos consideran una amenaza existencial debido al enriquecimiento de uranio a niveles cercanos a los necesarios para un arma nuclear. Irán, por su parte, niega buscar armas nucleares, pero ha restringido el acceso de inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y ha ampliado su arsenal de misiles balísticos.
Los ataques estadounidenses del domingo intensificaron aún más la crisis, lo que generó preocupación sobre una posible desestabilización regional. Trump e Israel han especulado públicamente sobre un cambio de régimen en Irán, incluido el posible asesinato del Ayatolá Jamenei, una idea que Rusia ha advertido que podría agravar la inestabilidad en Oriente Medio. Putin, en su reunión con Araghchi, señaló que Rusia “hace esfuerzos para ayudar al pueblo iraní”, aunque no detalló en qué consisten dichas acciones.
La relación entre Rusia e Irán, aunque estratégica, no está exenta de tensiones históricas. A lo largo de los siglos, ambos países han mantenido una cooperación intermitente, marcada por intereses comunes, pero también por desconfianzas mutuas. El reciente acuerdo de asociación de 20 años buscaba fortalecer los lazos, pero la falta de apoyo militar explícito de Moscú ha generado críticas en Teherán, según fuentes cercanas al gobierno iraní.
En el plano militar, Irán ha suministrado a Rusia drones y misiles para su campaña en Ucrania, lo que ha fortalecido la cooperación técnica entre ambos países. Sin embargo, la prioridad de Rusia sigue siendo su propio conflicto, lo que limita su capacidad o voluntad de involucrarse en un nuevo frente en Oriente Medio. La propuesta de Rusia. Pero no ha encontrado eco en Washington ni en Jerusalén.