Las pruebas sobre el terreno sugieren cada vez más que el ejército ruso se está preparando para lanzar pronto una ofensiva a gran escala en algún lugar de Ucrania.
En el día 344 del conflicto, la situación en el campo de batalla sigue siendo tensa, ya que ambas partes se preparan para la siguiente fase de la guerra.
Las bajas rusas en Ucrania
El ejército ruso sigue sufriendo numerosas bajas sobre el terreno en Ucrania.
En los últimos días, las fuerzas rusas han registrado una media diaria de unos 700 hombres muertos y heridos.
En total, el Ministerio de Defensa ucraniano afirmó que, hasta el jueves, las fuerzas ucranianas habían matado aproximadamente a 129.030 soldados rusos (y herido aproximadamente el doble o el triple de esa cifra).
Las armas destruidas incluyen: 293 aviones de combate, ataque, bombarderos y transporte, 284 helicópteros de ataque y transporte, 3.211 tanques, 2.212 piezas de artillería, 6.382 vehículos blindados de transporte de tropas y vehículos de combate de infantería, 458 sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS), 18 barcos y cúteres, 5, 064 vehículos y tanques de combustible, 222 baterías antiaéreas, 1.951 sistemas aéreos tácticos no tripulados, 200 plataformas de equipos especiales, como vehículos puente, y cuatro sistemas móviles de misiles balísticos Iskander, y 796 misiles de crucero derribados por las defensas aéreas ucranianas.
Los ucranianos también han sufrido grandes pérdidas, y los funcionarios occidentales estiman un número aproximadamente igual de bajas en ambos bandos (aunque los rusos tienen más hombres muertos y los ucranianos más heridos) para un total de unas 200.000 bajas.
Un coste imprevisto para Rusia
Cuando el Kremlin invadió Ucrania por segunda vez hace casi un año, el ejército ruso era considerado una de las fuerzas más poderosas del mundo. De hecho, incluso el Pentágono consideraba que el ejército ruso era una amenaza casi similar, lo que significaba que tenía la capacidad de igualar o competir directamente con el ejército estadounidense.
La guerra de Ucrania ha destruido esa imagen y, con ella, las perspectivas de la industria aeroespacial y de defensa rusa.
Los sistemas de armamento rusos no han tenido un rendimiento ideal en Ucrania, por no decir más. Las fuerzas rusas han perdido miles de tanques, vehículos blindados de transporte de tropas, vehículos de combate de infantería, piezas de artillería, aviones de combate, helicópteros y otros sistemas de armas. En cierto modo, el conflicto ha sido una prueba entre las armas occidentales y las rusas. Un ejército ucraniano equipado en su mayor parte con sistemas de armas de la OTAN ha causado estragos en las unidades rusas equipadas con material de fabricación soviética y rusa.
“Incluso antes de la invasión, la cuota de Rusia en el mercado internacional de armas estaba disminuyendo. Ahora, cuando se enfrente a demandas contradictorias, es casi seguro que Rusia priorizará el despliegue de armas de nueva producción con sus propias fuerzas en Ucrania sobre el suministro a socios exportadores”, evaluó la Inteligencia Militar británica en su última estimación sobre la guerra.