El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo el jueves que si Estados Unidos decidía suministrar a Kiev misiles de mayor alcance, cruzaría una “línea roja” y se convertiría en “una parte del conflicto”.
En una sesión informativa, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, añadió que Rusia “se reserva el derecho a defender su territorio”.
Washington ha suministrado abiertamente a Ucrania cohetes avanzados GMLRS, disparados desde lanzadores HIMARS, que pueden alcanzar objetivos a una distancia de hasta 80 km (50 millas).
“Si Washington decide suministrar misiles de mayor alcance a Kiev, entonces estará cruzando una línea roja, y se convertirá en parte directa del conflicto”, dijo Zakharova.
Funcionarios estadounidenses afirman que Ucrania se ha comprometido a no utilizar los cohetes estadounidenses para atacar a la propia Rusia.
Los lanzadores HIMARS también pueden utilizarse para disparar misiles tácticos ATACMS de mayor alcance, que pueden tener un alcance de hasta 300 km. Un alto funcionario ucraniano se negó a decir el 19 de agosto si Kiev tenía ahora ATACMS.
No ha habido una explicación pública completa sobre un ataque el 9 de agosto que alcanzó una base aérea rusa en Saky, a unos 200 km del territorio controlado por Ucrania más cercano, en la península de Crimea, que Moscú capturó en 2014 y considera territorio ruso.
Ucrania pide armas a Occidente
Ucrania ha solicitado y recibido grandes cantidades de armas de Estados Unidos y otros aliados occidentales para ayudarle a resistir a las fuerzas armadas rusas que fueron enviadas a Ucrania en febrero.
Moscú afirma que envió tropas para evitar que Ucrania fuera utilizada como plataforma para una agresión occidental y para defender a los rusos. Kiev y sus aliados occidentales rechazan estos argumentos como pretextos infundados para una guerra de agresión al estilo imperial.