Las autoridades rusas detuvieron el lunes a un político liberal que había regresado recientemente a Moscú desde el extranjero, la última medida en una implacable represión de la disidencia en medio de la acción militar de Moscú en Ucrania.
Leonid Gozman, que también tiene la nacionalidad israelí, fue detenido después de que el Ministerio del Interior ruso emitiera una orden de arresto mientras investigaba un caso penal contra él.
Gozman ha sido acusado de infringir la ley que obliga a los ciudadanos rusos a notificar a las autoridades los permisos de ciudadanía o residencia en el extranjero. Si es declarado culpable, Gozman podría ser condenado a una multa o a trabajos comunitarios.
Gozman notificó a las autoridades su ciudadanía israelí, pero éstas alegaron que no lo hizo en el plazo establecido.
Gozman, un crítico declarado de la campaña del Kremlin en Ucrania, abandonó Rusia cuando ésta comenzó, pero regresó en junio en lo que describió como una opción “moral”.
El Ministerio de Justicia ruso lo ha incluido en la lista de “agentes extranjeros”, una descripción que conlleva un fuerte significado peyorativo e implica un escrutinio gubernamental adicional.
El abogado de Gozman, Mikhail Biryukov, dijo que el político fue detenido en el metro de Moscú y llevado a una comisaría.
Esta medida contra Gozman, que tiene doble nacionalidad, se produce cuando las autoridades rusas también han tomado medidas enérgicas contra las operaciones de la Agencia Judía, una organización sin ánimo de lucro que facilita y fomenta la inmigración judía a Israel.
Estas medidas contra la organización, que está técnicamente separada del gobierno israelí pero culturalmente vinculada a él, han suscitado gran preocupación entre la población judía de Rusia, en medio de especulaciones de que Moscú está tomando medidas contra los intereses de Jerusalén debido al limitado apoyo de Israel a Ucrania, que sigue siendo objeto de ataques rusos.