Luego de la reciente visita de dos bombarderos nucleares Tupolev Tu-160 a Venezuela para realizar maniobras en conjunto, Rusia se prepara ahora para instalar una base militar en ese país, de acuerdo a reportes de la agencia estatal TASS.
El despliegue de aviones rusos tendría lugar en la isla de La Orchila, unos 200 kilómetros al noreste de Caracas y en medio del Mar del Caribe, de acuerdo a militares rusos consultados por medios locales.
Esta locación ya había sido recorrida por autoridades de Rusia, uno de los últimos aliados que mantiene el régimen chavista, hace diez años, pero el despliegue comenzará en el corto plazo.
«Es una idea correcta incluir a Venezuela en las misiones de largo alcance de nuestros aviones», dijo el coronel Shamil Gareyev al periódico Nezavisimaya Gazeta.«Nuestros bombarderos estratégicos ya no tendrán que retornar a Rusia, ni tampoco deberán reabastecerse en vuelo mientras realizan sus misiones de patrullaje en América. [Con este acuerdo] Nuestros Tu-160 arribarán a su base en Venezuela, realizarán vuelos, ejecutarán sus misiones y serán reemplazados de acuerdo a una rotación normal. Es como debe hacerse», agregó.
Durante la visita de los Tu-160 de la semana pasada a Venezuela las aeronaves debieron volar más de 10.000 kilómetros a través del Océano Atlántico, el Mar de Barents y el Caribe.
En tanto el coronel Eduard Rodyukov, miembro de la Academia de Ciencia Militar de Rusia, dijo al Nezavisimaya Gazeta que el despliegue de los Tu-160 en el Caribe «es una especie de señal hacia [presidente de Estados Unidos] Trump para hacerlo darse cuenta de que si abandona los acuerdos de desarme nuclear esto tendrá un efecto boomerang», en referencia a las intenciones del mandatario estadounidense de retirar a su país del tratado INF de limitación de misiles nucleares de alcance medio, firmado con Rusia en 1987, tras a acusar a Moscú de incumplirlo.
Por otro lado el periódico ruso Kommersant citó a fuentes dentro de las Fuerzas Armadas rusas que señalaron que el acuerdo entre Moscú y Caracas será mutuamente beneficioso, ya que le permitirá al régimen chavista mantenerse a flote.
La escuadrilla de aviones rusos, incluyendo dos bombarderos estratégicos Tu-160, un transporte militar Antonov An-14 y un avión de pasajeros Ilyushin Il-62, aterrizó el lunes 10 de diciembre en Maiquetía, Caracas, y provocó una escalada de tensiones en la región.
Los Tupolev Tu-160 son bombarderos estratégicos supersónicos que entraron en servició en la Unión Soviética en 1987 y siguen siendo utilizados por Rusia. Tienen una tripulación de cuatro personas y pueden volar a una velocidad máxima de 2.200 kilómetros por hora, llevando armamento de todo tipo, incluyendo misiles nucleares y de crucero. Es comparable en rol al Rockwell B-1 Lancer estadounidense.
Las naves se retiraron finalmente el viernes, luego de haber realizado maniobras en conjunto con las fuerzas venezolanas.
Pero tan tensa como pudo ser la fugaz visita de la escuadrilla al país sudamericano, que se encuentra inmerso en una crisis política, social y económica no antes vista y cuyo régimen está acusado de mantenerse ilegítimamente en el poder y por medio de una creciente represión, la instalación de una base rusa presenta desafíos sin precedentes en la región y trae el recuerdo de la crisis de los misiles de 1962, en especial considerando la presencia de bases estadounidenses en Colombia.
En aquella ocasión la entonces Unión Soviética instaló misiles nucleares en la isla de Cuba, en respuesta al envío de Estados Unidos de armamento similar a Turquía, y se desencadenaron así casi dos semanas de tensiones extremas en las que el mundo estuvo al borde de la tercera guerra mundial.
En esa ocasión la crisis, que duró 13 días, se saldó con una negociación entre los presidentes de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, y el presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética, Nikita Khruschev, y el compromiso de ambos países a quitar las armas nucleares de Cuba y Turquía.
También en Perú
En el mismo día de la visita de los Tu-160 a Venezuela, la empresa estatal rusa Rostec abrió un taller de mantenimiento y reparación de helicópteros en Lima, capital de Perú, según reportó la agencia TASS.
El centro de mantenimiento trabajará sobre los Mil Mi-17 que operan en la región, versión de exportación del Mil Mi-8 como el que figura en la foto
Las instalaciones proveerán servicios para la flota de helicópteros militares Mil Mi-17 que pertenecen a la fuerza aérea de Perú y para las versiones de uso civil de la misma nave que operan en la región.
Andrei Boginsky, CEO de Russian Helicopters Group, subsidiaria de Rostec que se encargará del proyecto, asegura que tienen órdenes de trabajo hasta el 2023 y que ya planean reparaciones para 40 helicópteros. Además, esperan poder ofrecer servicios de mantenimiento para las aeronaves utilizadas por otros países de la región.
Además de Perú, también Argentina, Colombia, Ecuador, México, Nicaragua y Venezuela operan los Mil-17.