El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmará un proyecto de ley que impone sanciones a Rusia, informó el viernes la Casa Blanca, después de que Moscú ordenó a Washington retirar a cientos de funcionarios del país en represalia y dijo que incautaría dos propiedades diplomáticas estadounidenses.
La decisión de Moscú fue anunciada el viernes por el Ministerio de Relaciones Exteriores, un día después de que el Senado estadounidense aprobó por una mayoría abrumadora las nuevas sanciones contra Rusia.
El proyecto de ley fue, en parte, una respuesta a las conclusiones de las agencias estadounidenses que apuntaron a que Rusia intervino en la elección presidencial de Estados Unidos del 2016 y para castigar a Moscú por la anexión de Crimea en el 2014.
En la noche del viernes, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que dice que Trump firmará el proyecto de ley después de revisar la versión final. El comunicado no se refirió a las represalias de Rusia.
Moscú amenazó con una respuesta durante semanas. Su respuesta sugiere que ha dejado de lado las esperanzas iniciales de una mejor relación con Washington bajo el Gobierno de Trump, algo que el líder estadounidense dijo durante su campaña que quería lograr.
Las relaciones entre ambos países, que ya estaban un su mínimo tras la Guerra Fría, se han deteriorado aún más después de que las agencias de inteligencia estadounidenses acusaron a Rusia de lanzar ataques informáticos para intentar interferir en la elección presidencial de 2016, algo que Moscú niega tajantemente.
El presidente Vladimir Putin había advertido el jueves que hasta el momento había mostrado contención, pero que en algún momento tendría que tomar represalias contra lo que describió como un comportamiento grosero e irracional. El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dijo a periodistas el viernes que la votación del Senado fue la gota que colmó el vaso.
Un funcionario de alto rango de la Casa Blanca dijo el jueves que Trump podría vetar la medida para intentar conseguir un proyecto más severo, una idea que generó escepticismo en el Congreso debido a que su Gobierno ha pasado semanas presionando por una medida más débil.
Trump tiene ahora una ventana de 10 días en la que puede vetar el proyecto, pero se espera que éste obtenga el respaldo suficiente en ambas cámaras del Congreso como para anular el veto.