Moscú dijo el martes que una ley israelí recientemente aprobada que define al país como Estado nación del pueblo judío «complica enormemente» los esfuerzos para reiniciar las conversaciones de paz con los palestinos, uniéndose a un coro de condena internacional por la controvertida legislación.
El funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Artyom Kozhin, dijo a los periodistas que la nueva ley «no sirve a la causa de la paz y promueve un grado de tensión» sobre el terreno, y complica enormemente los esfuerzos destinados a acelerar un proceso de paz significativo entre palestinos e israelíes».
Kozhin reiteró el apoyo de Moscú a la solución de dos Estados para el conflicto israelo-palestino en «conformidad con el derecho internacional y las resoluciones pertinentes de la ONU».
La ley, aprobada por la Knesset en una votación 62-55 la madrugada del jueves, consagra a Israel como «el hogar nacional del pueblo judío» en sus Leyes Básicas cuasi-constitucionales, define el establecimiento de comunidades judías como de interés nacional, y define el árabe como un idioma que tiene un estado «especial» en el Estado, efectivamente una degradación de su estado de facto como un segundo idioma oficial en los órganos del Estado.
Los críticos en Israel y en el extranjero se han burlado ferozmente de la legislación por ser innecesaria y discriminatoria contra las poblaciones no judías del país. Los ciudadanos árabes representan alrededor del 17,5% de los más de 8 millones de habitantes de Israel y desde hace mucho tiempo se quejan de discriminación.
Después de que se aprobó la ley, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, instó a la comunidad internacional a frustrar la legislación «racista», mientras que su principal asistente, Saeb Erekat, dijo que «oficialmente legaliza el apartheid» en Israel.
Egipto, Siria, Arabia Saudita y el Consejo de Cooperación del Golfo de seis naciones también criticaron la legislación como discriminatoria.
El martes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó a Israel como el «Estado más fascista y racista» del mundo por la legislación, que comparó con las leyes nazis.
Las críticas de Rusia a la ley contenciosa se produjeron un día después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, hiciera una visita sorpresa a Israel para conversar con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, sobre el atrincheramiento militar iraní en Siria.
Antes de la reunión, Netanyahu elogió los vínculos «extraordinariamente importantes» entre Israel y Rusia. Dijo que «apreciaba» el compromiso de Putin con las preocupaciones de seguridad de Israel mientras él y otros líderes mundiales discutían el futuro de Siria.