Rusia es capaz de fabricar por sí misma todo el equipamiento necesario para ampliar su red nacional de gasificación, declaró el viernes el ministro ruso de Comercio e Industria, Denis Manturov.
“Seremos capaces de proporcionar nosotros mismos todo el equipamiento tecnológico y las tuberías para la gasificación de todo el país”, dijo el ministro durante un discurso en el Parlamento ruso, según recoge la agencia de noticias rusa TASS.
“Es importante mejorar nuestras capacidades sustituyendo los equipos extranjeros de exploración, perforación y de alta mar, así como acelerar el trabajo en nuestros propios equipos de GNL de mediano y gran tonelaje”, dijo Manturov.
Rusia también acelerará el calendario de pruebas y lanzamiento de la producción en masa de grandes turbinas de gas, dijo el ministro, que acaba de ser ascendido a viceprimer ministro de Rusia.
Las sanciones occidentales y el éxodo de las empresas internacionales de petróleo e ingeniería de Rusia tras la invasión de Ucrania por parte de Putin ralentizarán el desarrollo de la industria energética rusa porque Moscú ya no puede confiar en los equipos occidentales, según los analistas.
Las afirmaciones de Rusia de que puede proporcionar todo el equipo necesario para las redes de gas nacionales se producen en medio de una disputa con Occidente, en la que Moscú recortó las entregas a Europa a mediados de junio. Rusia dijo que una turbina de gas para una estación de compresión del Nord Stream que estaba siendo reparada por Siemens en unas instalaciones en Canadá no podía ser devuelta debido a las sanciones occidentales a Rusia. Los líderes europeos, incluidos los de Alemania e Italia -cuyos países son los más afectados por el recorte de las entregas de Gazprom- han dicho que las excusas rusas son “mentiras” y que la reducción del suministro de gas fue una decisión motivada políticamente.
A principios de esta semana, Canadá aceptó devolver a Gazprom la turbina que Siemens Energy envió a una fábrica del país norteamericano para su reparación a principios de este año. La decisión se produce después de que Alemania pidiera la devolución de la turbina, por lo que, según el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, Rusia no tiene excusa para mantener el flujo de gas por Nord Stream al 40% de la capacidad del gasoducto.