Parece que todos los gobiernos occidentales apoyan a Ucrania en su búsqueda de la victoria total sobre Rusia. La alianza de la OTAN y otros Estados se han mantenido notablemente unidos y firmes en su creencia de que Ucrania es la víctima. Kiev no debe escatimar gastos para derrotar a los ocupantes y expulsar a las fuerzas rusas de todos los territorios.
Pero, ¿qué pasaría después de una victoria? Rusia se sentiría humillada y podría incluso recurrir a la opción de las armas nucleares. Podría producirse un peligroso vacío de poder en Moscú si Rusia soporta un complicado periodo de cambio de régimen. ¿Qué pretende Occidente? ¿Cuál es el final de esta guerra para ganar la paz?
Alemania y Francia son menos entusiastas
Algunos países, como Alemania y Francia, se han mostrado menos decididos en su apoyo a Ucrania. No están tan entusiasmados como Polonia y los países bálticos, que apoyan a Ucrania con palabras y hechos hasta lograr la victoria total.
¿Cómo ganar la paz?
¿Qué pasaría si un acuerdo de paz final después de la capitulación rusa creara un acuerdo tipo Tratado de Versalles que humillara a Moscú y creara aún más desprecio por Occidente en Rusia? El presidente francés Emmanuel Macron se ha mostrado a favor de las negociaciones y de dar a Rusia “garantías de seguridad”, pero no está claro qué incluiría en un armisticio o en un acuerdo de paz. Francia tampoco ha especificado el tipo y el número de sistemas de defensa antiaérea que Macron ha discutido con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy. Los alemanes sólo han dicho que Rusia “no puede ganar”, sin entrar en detalles sobre la estrategia de Berlín hacia Rusia.
Limitación del apoyo militar a Kiev
Alemania también se ha resistido a proporcionar ayuda militar consistente en sus mejores sistemas de armamento, como el tanque Leopard 2, que Ucrania podría utilizar para dinamitar sus trincheras rusas este invierno. Estados Unidos no ha permitido que los ucranianos dispongan de aviones de combate ni de misiles balísticos de mayor alcance llamados ATACMS para los lanzacohetes HIMARS.
Temor a una escalada
Estados Unidos, Alemania y Francia temen una escalada de la guerra armando a Ucrania con su mejor material militar, mientras que Estonia, Letonia y Lituania, además de Polonia, temen que Rusia pueda invadirlos y ocuparlos de nuevo. Los países bálticos y Polonia están gastando un mayor porcentaje de su Producto Interior Bruto en ayuda a Ucrania.
¿Funcionará la diplomacia?
Las opciones diplomáticas entre Ucrania y Rusia son limitadas. Un alto el fuego permitiría a Rusia descansar, recuperarse y rearmarse. Un armisticio sin un tratado de paz formal podría crear un conflicto congelado con una zona desmilitarizada similar a la situación en la península de Corea. Mientras tanto, Ucrania exigiría a Moscú una capitulación total que incluyera el pago por parte de Rusia de indemnizaciones por muertes y daños, la aceptación de los tribunales por crímenes de guerra y la vuelta a las fronteras anteriores a la anexión de Crimea. Todas ellas disposiciones que no serían un éxito para Vladimir Putin. Rusia podría utilizar el chantaje nuclear para crear una crisis de confianza en Occidente, por lo que es importante no empujar a Putin al borde del abismo.
Los resultados de la posguerra son confusos
Aunque Rusia pierda la guerra, el orden liberal basado en normas podría estar acabado en Europa del Este. Rusia siempre podría esperar su momento e invadir otro país después de lamerse las heridas. Es probable que Ucrania se incorpore a la OTAN y a la Unión Europea, lo que convertiría a Rusia en un villano permanente rodeado por los miembros de la alianza y desgarrado por los países que le desean el mal.
Es hora de que Occidente se acurruque para la próxima jugada
Debido a estos problemas con el resultado de una derrota rusa, es probable que Occidente necesite una cumbre importante para averiguar el camino a seguir después de la guerra. Ucrania tendrá que ser reconstruida y desminada, requisitos que requerirán una inversión monetaria similar a la del Plan Marshall del siglo XXI. Tendrá que haber un plan para garantizar que Rusia no adopte la opción nuclear, probablemente un renacimiento de las conversaciones del Nuevo START que han languidecido durante la guerra. Y Rusia tendrá que entender que su tipo de imperialismo no se permitirá en el futuro.
Como escribió la experta estonia en relaciones internacionales Kristi Raik en un reciente artículo de la revista Foreign Policy, “con el tiempo, una Ucrania libre y democrática, segura en sus fronteras y plenamente integrada en la comunidad transatlántica, será la mejor oportunidad posible para una profunda transformación dentro de Rusia”. Esperemos que Kiev y Occidente puedan alcanzar ese estado final y que Rusia lo permita.