Por primera vez en la historia, los Estados Unidos podrían comprar sistemas de defensa aérea rusos en un enrevesado acuerdo para pagar a Ankara para que no trabaje con Rusia. El movimiento altamente inusual se haría para complacer o apaciguar a Turquía y beneficiaría a Rusia. Noticias de Defensa informó que el Senador John Thune ha propuesto una enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2021 (NDAA) que “permitiría que la compra se haga utilizando la cuenta de adquisición de misiles del Ejército estadounidense”.
Los medios estatales de la TASS de Rusia cubrieron la historia a través de su página web el 30 de junio afirmando que “un senador de los Estados Unidos ha preparado una propuesta para comprar sistemas de defensa aérea S-400 de fabricación rusa a Turquía en un intento de superar el punto muerto entre Washington y Ankara sobre la participación de Turquía en un programa para producir aviones de combate de quinta generación F-35 Lightning II”. TASS, que cubrió la historia de Noticias de Defensa, dice que el extraño enfoque de comprar armas rusas para complacer a Turquía es contrarrestado por otra propuesta en el Senado para poner sanciones más duras a Turquía después de que el NDAA pase este verano.
Defense News citó a un ex funcionario del Pentágono manifestando que la idea de comprar los S-400 era buena. “Creo que los Estados Unidos comprando los S-400 a Turquía es una forma inteligente de sacar a Erdogan del atasco en el que se ha metido”, mencionó Jim Townsend. “Solo queremos sacar el sistema de Turquía, y si permite a los turcos participar en el F-35, pues mucho mejor”.
Turquía fue socio del programa F-35 pero su decisión en el 2017 de comprar el S-400 de Rusia, el nivel más alto de los sistemas de defensa aérea de Rusia causó una crisis con Washington. Los F-35 no fueron entregados a Turquía y hubo informes de que se intentó desenredar el programa en Turquía. Los Estados Unidos dejaron de entrenar a los pilotos turcos en junio pasado. Sin embargo, recientes relatos en el libro del ex Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, pintan a la Casa Blanca como pro-Turquía y haciendo todo lo posible para trabajar para Ankara. A pesar de que Turquía detuvo a un pastor estadounidense, amenazó a los Estados Unidos, detuvo a un miembro del servicio estadounidense, encarceló a un empleado del consulado estadounidense, atacó a los manifestantes estadounidenses en Washington, trabaja para eludir las sanciones de los Estados Unidos a Irán, acoge a Hamás, amenazó a las tropas estadounidenses en Siria y afirmó que el país de Trump estaba “entrenando a terroristas en Siria”, la Casa Blanca trató de trabajar más estrechamente con Ankara. Turquía trabaja estrechamente con Irán y Rusia.
Turquía compró los S-400 y los ha recibido. Ankara afirma que quiere más programas conjuntos con Rusia. Pero los Esatdos Unidos han intentado hacer todo lo posible para atraer a Ankara lejos de Moscú, con la esperanza de que, si da lo suficiente, Turquía vuelva a ser amiga de los Estados Unidos. La última iniciativa para comprar S-400 rusos tomaría dinero de la cuenta de adquisición de defensa de misiles del ejército estadounidense. Turquía compró los S-400 por unos 2 500 millones de dólares e incluso quiere más. Desde el 2018 los Estados Unidos han estado rogando a Turquía que compre el sistema de defensa aérea Patriot estadunidense por varios miles de millones de dólares. En marzo se informó de que los Estados Unidos seguían presionando a Ankara para tomar los Patriotas a cambio de no operar los S-400 que Ankara compró.
La administración estadounidense habla del arte de hacer tratos. Pero en este caso parece que a Turquía se le ofrecen tantas defensas aéreas y tanto dinero como pueda manejar en una guerra de ofertas por parte de los Estados Unidos. Para Rusia es un buen trato porque puede ampliar su base de clientes de defensa aérea y vender los sistemas por miles de millones en un período económico difícil, mientras se burla de la OTAN. Para los Estados Unidos el final del acuerdo es rogar a Turquía para comprar su sistema Patriot, mientras que ahora también considera la compra del sistema ruso de Turquía.
No está claro cómo funcionaría un acuerdo así porque Rusia probablemente no querría que los S-400 fueran llevados a Washington. Eso podría significar darle a Ankara miles de millones de dólares para no operarlos. El concepto es conseguir que Ankara salve las apariencias dejando que piense que humilló a los Estados Unidos para que le rogara que se quedara en el programa F-35 y pagando a Ankara una especie de soborno multimillonario para ser amigo de los estadounidenses, en un mundo donde los Estados Unidos parecen estar perdiendo aliados en lugar de ganarlos.
No está claro si el plan descabellado y sin precedentes tendrá alguna vez consecuencias en el Senado estadounidense. El hecho de que se haya propuesto demuestra la desesperación que sienten algunos en los Estados Unidos de hacer todo lo posible para pagar a los países con el objetivo de que no compren equipo ruso. Esto es un retroceso con respecto a épocas anteriores en la historia estadounidense cuando los países buscaban pagar a los Estados Unidos para comprarle equipo militar y ser sus aliados.
Los medios de comunicación iraníes y rusos están exponiendo la propuesta de los Estados Unidos, una indicación de que ambos ven esto como un ejemplo de la decadencia estadounidense.