El Ministerio del Interior de Singapur afirmó que la amenaza terrorista en el país permanece alta, al presentar un informe que atribuye esta situación a la guerra en Gaza y a la expansión de narrativas radicales. Aunque no se identificó información concreta sobre un ataque inminente, el documento señaló que el grupo Estado Islámico emplea propaganda para aprovechar tanto la guerra en Gaza como agravios locales.
Desde el ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023, que dio origen a la guerra en Gaza, seis ciudadanos singapurenses fueron descubiertos mientras apoyaban o se alistaban para participar en actos de violencia armada vinculados al conflicto. El informe también destacó el uso de materiales propagandísticos del Estado Islámico para consolidar su discurso violento en la región.
El Ministerio señaló que Singapur continúa figurando como un objetivo viable para grupos extremistas, debido a sus vínculos diplomáticos con naciones occidentales e Israel, su carácter secular y multicultural, y la existencia de estructuras arquitectónicas reconocibles. Según el informe, estos factores influyen en la percepción de los actores terroristas sobre el país.
Uno de los riesgos principales identificados corresponde a la autorradicalización a través de canales digitales, especialmente entre personas jóvenes. Desde 2015, las autoridades aplicaron la Ley de Seguridad Interna a 17 individuos de alrededor de 20 años. Dos de los casos más recientes involucran a adolescentes; uno intentaba atacar mezquitas y otro planeaba integrarse al Estado Islámico.
Esta ley permite a las autoridades detener a los sospechosos sin juicio por períodos prolongados o imponer órdenes restrictivas que limiten sus desplazamientos y acceso a medios digitales. La medida busca prevenir atentados antes de su ejecución mediante vigilancia anticipada y restricción operativa.
El informe incluyó un apartado sobre tecnologías emergentes, donde se advirtió que la inteligencia artificial ha comenzado a facilitar actividades terroristas. Entre sus aplicaciones, se identificaron la producción de propaganda traducida, la creación de material audiovisual manipulado, el diseño de mensajes de reclutamiento masivo y la elaboración de planes de ataque mediante herramientas algorítmicas.