El gobierno tailandés confirmó que sus cazas atacaron territorio camboyano con el propósito de reducir la capacidad militar de su vecino, tras el colapso de un frágil alto el fuego mediado por el presidente estadounidense Donald Trump y la reactivación de hostilidades en la frontera.
Ambos países se acusan mutuamente de haber iniciado los enfrentamientos, que comenzaron durante la noche, se intensificaron antes del amanecer y se extendieron a varios puntos. Según las autoridades, un soldado tailandés y cuatro civiles camboyanos murieron durante los combates.
Camboya denunció “actos inhumanos y brutales” por parte de Tailandia, mientras que Bangkok declaró haber ejecutado bombardeos contra objetivos militares tras detectar el despliegue de armamento pesado y el reposicionamiento de unidades de combate en el lado camboyano.
“El objetivo del ejército es paralizar la capacidad militar de Camboya durante mucho tiempo, por la seguridad de nuestros hijos y nietos”, declaró el jefe del Estado Mayor del ejército tailandés, general Chaipruak Doungprapat, según un comunicado oficial difundido por las fuerzas armadas.
Los enfrentamientos representan el episodio más violento desde los ataques con cohetes y artillería pesada registrados en julio, un choque de cinco días que dejó al menos 48 muertos y más de 300.000 desplazados, antes de la intervención de Trump para imponer un alto el fuego temporal.
