El lunes, Taiwán anunció el cierre de la investigación sobre los bíperes explosivos que detonaron en septiembre en Líbano, afectando gravemente al grupo terrorista Hezbolá, respaldado por Irán. Las autoridades aseguraron que ningún ciudadano ni empresa taiwanesa estuvo involucrado.
Durante la reunión semanal del gabinete del domingo, el primer ministro Benjamin Netanyahu admitió por primera vez que Israel estuvo detrás de los ataques con bíperes y walkie-talkies explosivos en septiembre, según informes de los medios hebreos.
Los días 16 y 17 de septiembre, miles de dispositivos explosivos detonaron en manos de miembros de Hezbolá en Líbano y en algunas zonas de Siria, marcando el comienzo de una importante ofensiva israelí contra el grupo. Estos ataques fueron en respuesta a casi un año de cohetes y drones lanzados por Hezbolá contra Israel, que comenzaron tras la masacre del 7 de octubre perpetrada por Hamás.
Aunque los dispositivos explosivos llevaban el nombre de la empresa taiwanesa Gold Apollo, la compañía negó haberlos fabricado. Taiwán también indicó que estos dispositivos no se produjeron en su territorio.
La Fiscalía de Taipei concluyó que los bíperes AR-924 fueron producidos y distribuidos por una empresa llamada Frontier Group Entity, ubicada fuera de Taiwán. No obstante, señalaron que Gold Apollo había autorizado el uso de su marca a Frontier.
“No se ha encontrado evidencia de que algún fabricante o individuo taiwanés estuviera implicado en los atentados, ni que violara la Ley contra el Financiamiento del Terrorismo”, dijo la Fiscalía en un comunicado.
Tras una investigación exhaustiva, los fiscales señalaron que no se ha implicado a ningún individuo específico en actividades delictivas. Sin embargo, confirmaron haber interrogado al presidente de Gold Apollo, Hsu Ching-kuang, y a Teresa Wu, una empleada clave de la empresa Apollo Systems Ltd.
Wu, quien actuaba como intermediaria entre Gold Apollo y Frontier, no mostró indicios de haber participado en la conspiración de las explosiones, según la investigación. Sin embargo, los fiscales admitieron que aún no han identificado a algunos empleados clave de Frontier con los que Wu se comunicaba.
Una persona identificada como “T”, presuntamente jefe de Frontier, y otra llamada “M”, director de ventas, siguen sin ser plenamente identificados por las autoridades.
Gold Apollo afirmó a Reuters que acababan de recibir la declaración de los fiscales y no pudieron ofrecer comentarios adicionales en ese momento. Anteriormente, la empresa había negado producir los dispositivos, señalando a BAC Consulting KFT, una empresa con sede en Budapest, que según informes podría estar vinculada con el Mossad.
El ataque en Líbano dejó casi 3.000 personas heridas, según fuentes locales, sin distinción entre civiles y miembros de Hezbolá. Entre los heridos también se encontraba el embajador iraní en Líbano, Mojtaba Amani.
Un representante de Hezbolá afirmó a Reuters que los ataques causaron la inmovilización de 1.500 combatientes, muchos de los cuales quedaron gravemente heridos, perdiendo la vista o extremidades.
Medios internacionales han informado que esta fue una operación de inteligencia israelí altamente sofisticada, planeada durante años, donde Hezbolá fue engañado para comprar dispositivos comprometidos.
Las explosiones fueron seguidas de ataques aéreos israelíes, que eliminaron gran parte de la infraestructura de mando de Hezbolá, incluyendo a su líder Hassan Nasrallah. Además, continúa una operación terrestre limitada en el sur de Líbano, destinada a neutralizar las amenazas inmediatas del grupo terrorista a las comunidades fronterizas del norte de Israel.