Texto del discurso del presidente Donald Trump el viernes por la noche sobre los ataques aéreos contra Siria, según lo dispuesto por la Casa Blanca.
Mis conciudadanos, hace un momento, ordené a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos que lanzaran ataques de precisión contra objetivos relacionados con las capacidades de armas químicas del dictador sirio Bashar al-Assad. Se está llevando a cabo una operación combinada con las fuerzas armadas de Francia y el Reino Unido. Les agradecemos a los dos.
Esta noche, quiero hablar con ustedes sobre por qué hemos tomado esta acción.
Hace un año, Assad lanzó un salvaje ataque de armas químicas contra su propia gente inocente. Los Estados Unidos respondieron con 58 ataques con misiles que destruyeron el 20 por ciento de la Fuerza Aérea siria.
El sábado pasado, el régimen de Assad desplegó nuevamente armas químicas para masacrar a civiles inocentes, esta vez en la ciudad de Douma, cerca de la capital siria de Damasco. Esta masacre fue una escalada significativa en un patrón de uso de armas químicas por ese régimen tan terrible.
El mal y el ataque despreciable dejaron a madres y padres, infantes y niños, temblando de dolor y jadeando por aire. Estas no son las acciones de un hombre; son crímenes de un monstruo.
Después de los horrores de la Primera Guerra Mundial, hace un siglo, las naciones civilizadas se unieron para prohibir la guerra química. Las armas químicas son especialmente peligrosas, no solo porque infligen un sufrimiento espantoso, sino porque incluso pequeñas cantidades pueden desatar una devastación generalizada.
El objetivo de nuestras acciones esta noche es establecer un fuerte elemento de disuasión contra la producción, propagación y uso de armas químicas. Establecer este elemento de disuasión es un interés de seguridad nacional vital de los Estados Unidos. La respuesta combinada estadounidense, británica y francesa a estas atrocidades integrará todos los instrumentos de nuestro poder nacional: militar, económico y diplomático. Estamos preparados para mantener esta respuesta hasta que el régimen sirio detenga el uso de agentes químicos prohibidos.
También tengo un mensaje esta noche para los dos gobiernos más responsables de apoyar, equipar y financiar al criminal régimen de Assad.
A Irán y a Rusia les pregunto: ¿Qué tipo de nación quiere asociarse con el asesinato masivo de hombres, mujeres y niños inocentes?
Las naciones del mundo pueden ser juzgadas por los amigos que protejen. Ninguna nación puede tener éxito en el largo plazo promoviendo estados canallas, tiranos brutales y dictadores asesinos.
En 2013, el presidente Putin y su gobierno prometieron al mundo que garantizarían la eliminación de las armas químicas de Siria. El reciente ataque de Assad, y la respuesta de hoy, son el resultado directo del incumplimiento de Rusia de esa promesa.
Rusia debe decidir si continuará por este camino oscuro, o si se unirá a las naciones civilizadas como una fuerza para la estabilidad y la paz. Con suerte, algún día nos llevaremos bien con Rusia, y tal vez incluso con Irán, pero tal vez no.
Diré esto: Estados Unidos tiene mucho que ofrecer, con la economía más grande y poderosa en la historia del mundo.
En Siria, Estados Unidos, con una pequeña fuerza utilizada para eliminar lo que queda de ISIS, está haciendo lo que es necesario para proteger al pueblo estadounidense. En el último año, casi el 100 por ciento del territorio que alguna vez estuvo bajo el control del llamado califato ISIS en Siria e Irak ha sido liberado y eliminado.
Los Estados Unidos también han reconstruido nuestras amistades en todo el Medio Oriente. Les hemos pedido a nuestros socios que asuman una mayor responsabilidad para asegurar su región de origen, incluida la aportación de grandes cantidades de dinero para los recursos, equipos y todos los esfuerzos anti-ISIS. El aumento del compromiso de nuestros amigos, incluidos Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Egipto y otros, puede garantizar que Irán no se beneficie de la erradicación de ISIS.
Estados Unidos no busca una presencia indefinida en Siria bajo ninguna circunstancia. A medida que otras naciones incrementan sus contribuciones, esperamos el día en que podamos traer a nuestros guerreros a casa. Y grandes guerreros que son.
Al mirar alrededor de nuestro mundo tan problemático, los estadounidenses no se hacen ilusiones. No podemos purgar el mundo del mal ni actuar en todas partes donde haya tiranía.
Ninguna cantidad de sangre o tesoro estadounidense puede producir paz y seguridad duraderas en Medio Oriente. Es un lugar problemático. Intentaremos hacerlo mejor, pero es un lugar problemático. Estados Unidos será un socio y un amigo, pero el destino de la región está en manos de su propia gente.
En el siglo pasado, miramos directamente a los lugares más oscuros del alma humana. Vimos la angustia que puede desencadenarse y el mal que puede afianzarse. Al final de la Primera Guerra Mundial, más de un millón de personas habían sido asesinadas o heridas por armas químicas. No queremos volver a ver ese espantoso fantasma.
Así que hoy, las naciones de Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos de América han ordenado su poder justo contra la barbarie y la brutalidad.
Esta noche, les pido a todos los estadounidenses que recen por nuestros nobles guerreros y nuestros aliados mientras llevan a cabo sus misiones.
Oramos para que Dios traiga consuelo a los que sufren en Siria. Oramos para que Dios guíe a toda la región hacia un futuro de dignidad y de paz.
Y oramos para que Dios continúe vigilando y bendiciendo a los Estados Unidos de América.
Gracias y buenas noches. Gracias.