Un tribunal australiano concluyó que el hombre que prendió fuego a una sinagoga de Melbourne mientras los fieles estaban dentro actuó por una enfermedad mental y no por antisemitismo. Así lo determinó el lunes un magistrado tras la investigación del caso.
Angelo Loras, de 35 años, admitió su culpabilidad por incendio intencional y por poner vidas en peligro el 4 de julio, al rociar con líquido inflamable la entrada principal de la Sinagoga de East Melbourne y encenderla. Dentro se encontraban unos veinte fieles celebrando una comida de Shabat, ninguno resultó herido.
Los episodios antisemitas han crecido de forma abrupta en Australia desde la masacre del 7 de octubre de 2023 cometida por Hamás, que originó la guerra con Israel. Por ello, las autoridades sospecharon que el incendio de la sinagoga, también llamada Congregación Hebrea de East Melbourne, fue un delito de odio.
El primer ministro Anthony Albanese declaró al día siguiente que el atentado fue “cobarde, un acto de violencia y antisemitismo, y no tiene cabida en la sociedad australiana”. Sin embargo, la justicia descartó esa motivación al determinar que Loras actuó bajo un fuerte delirio causado por su esquizofrenia sin tratar.
El magistrado Malcolm Thomas sentenció a Loras a cuatro meses de prisión, menos del tiempo que ya había pasado detenido, y ordenó su continuidad en tratamiento psiquiátrico por veinte meses además de trabajos comunitarios no remunerados.
Aunque pudo salir en libertad el lunes, Loras deberá cumplir las condiciones médicas impuestas. En la red social X, él mismo se describe como “Soltero, iraní, carretero elevador, amante de la música”, una presentación que coincide con los datos del expediente judicial.
El gobierno australiano había atribuido a Irán un ataque incendiario previo contra otra sinagoga de Melbourne, calificado por los servicios de inteligencia como un acto antisemita destinado a alterar la cohesión social del país.
Los servicios de espionaje responsabilizaron al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní de coordinar los incendios de la Sinagoga Adass Israel de Melbourne en diciembre pasado y de un negocio kosher en Sídney dos meses antes. Irán rechazó toda implicación. Ambos lugares sufrieron daños considerables.
Loras, detenido dos días después del ataque, afirmó ante la policía que creyó que el edificio era una vivienda particular. El magistrado aconsejó a la comunidad judía no exigir restitución por los daños, valorados en 54.000 dólares australianos, ya que Loras había vivido sin hogar por un largo tiempo.
El acusado, exconductor de carretilla elevadora residente en Sídney, no tenía antecedentes penales antes del ataque. Su acción fue uno de tres incidentes considerados antisemitas ocurridos en Melbourne durante el fin de semana del 4 al 6 de julio.
Ese mismo fin de semana, unos veinte encapuchados irrumpieron en un restaurante israelí y agredieron verbalmente a los clientes al grito de “Muerte a las FDI”. Volcaron mesas, lanzaron sillas y causaron destrozos. Otro local fue vandalizado con spray y tres vehículos ligados a él fueron incendiados al amanecer del 6 de julio.
Según la policía, en ese último ataque se hallaron “inferencias” antisemitas, aunque no se ofrecieron más detalles sobre los hallazgos o los posibles responsables.
