El gobierno de unidad de Libia, reconocido por la ONU, ha dicho que boicoteará las conversaciones sobre el conflicto en el país norteafricano que celebrarán los ministros de asuntos exteriores de la Liga Árabe la próxima semana.
El ministro de Relaciones Exteriores, Mohamad Taher Siala, dijo el viernes al consejo ejecutivo del bloque que la reunión prevista “solo profundizará la brecha” entre los gobiernos árabes sobre el conflicto, dijo su ministerio.
Las conversaciones, que se llevarán a cabo por videoconferencia debido a la preocupación por el coronavirus, fueron convocadas por Egipto, uno de los principales partidarios del archienemigo del gobierno de Trípoli, el hombre fuerte con sede en el este, Khalifa Haftar.
Siala se quejó de que no se había consultado previamente con su gobierno, aunque la reunión concernía a Libia, y dijo que el formato virtual de la reunión no era apropiado para abordar las espinosas cuestiones que se planteaban.
El Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA) ha estado en ascenso desde que sus fuerzas respaldadas por Turquía derrotaron una ofensiva de un año de duración de los leales a Haftar contra la capital a principios de este mes y los expulsaron del oeste de Libia.
Egipto respondió con una iniciativa de paz que fue acogida con beneplácito por sus compañeros partidarios de Haftar, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Arabia Saudita, pero que se consideró en general como un intento de ganar tiempo para que las fuerzas de Haftar se reagruparan.
Tanto la GNA como Turquía rechazaron la iniciativa y pidieron que continuaran las negociaciones de cesación del fuego bajo la égida de las Naciones Unidas.
Washington también pidió conversaciones de alto el fuego dirigidas por las Naciones Unidas.
Libia, rica en petróleo, se ha visto desgarrada por la violencia, atrayendo a milicias tribales, jihadistas y mercenarios desde el derrocamiento y asesinato en 2011 del antiguo dictador Muammar Gadafi en un levantamiento respaldado por Occidente.
La última escalada se ha caracterizado por un aumento de la participación extranjera.
En las últimas semanas han aumentado las tensiones entre Turquía y Francia, que a pesar de las negaciones públicas, se sospecha que favoreció a Haftar hasta sus recientes reveses.
Las Naciones Unidas han instado a las potencias externas a respetar el acuerdo alcanzado en una conferencia celebrada en enero en Berlín, en la que se pedía que se pusiera fin a la injerencia extranjera y se mantenía el tan violado embargo de armas.