El presidente Donald Trump cumplió su promesa de renombrar el Golfo de México como el Golfo de América mediante una de las numerosas órdenes ejecutivas que firmó en su primer día en el cargo. El lunes, Trump instruyó al secretario del Interior para que procediera con el cambio de nombre del golfo, y los medios informaron que la Guardia Costera ya está utilizando la nueva denominación.
“El área anteriormente conocida como el Golfo de México ha sido durante mucho tiempo un recurso integral para nuestra otrora próspera nación y ha permanecido como una parte imborrable de América”, declaró la Casa Blanca en la orden ejecutiva que también incluye el cambio de nombre de otros sitios geográficos.
“Es el golfo más grande del mundo, y la costa estadounidense a lo largo de este notable cuerpo de agua abarca más de 1,700 millas y contiene cerca de 160 millones de acres”, continuó la orden, destacando que el golfo es una importante región productora de petróleo y gas clave para la prosperidad de los Estados Unidos.
“La abundante geología de esta cuenca lo ha convertido en una de las regiones más prolíficas en la producción de petróleo y gas del mundo, proporcionando aproximadamente el 14% de la producción nacional de crudo y una abundancia de gas natural, además de impulsar constantemente nuevas tecnologías innovadoras que nos han permitido acceder a algunos de los yacimientos de petróleo más profundos y ricos del mundo”.
Algunas personas han cuestionado si el presidente realmente tiene la autoridad para cambiar el nombre del golfo. En efecto, esto es posible, pero solo aplica dentro del territorio estadounidense. Esto significa que, aunque las agencias y entidades estadounidenses estarían obligadas a usar la nueva denominación del golfo—como lo demuestra el caso de la Guardia Costera—otros países no tienen obligación de adoptar el nombre de Golfo de América. Por su parte, el estado de Florida ya ha comenzado a emplear el nuevo nombre para referirse a este cuerpo de agua.
La agencia responsable de oficializar el cambio de nombre es la Junta de Nombres Geográficos de los Estados Unidos, la cual ha recibido el encargo de garantizar que todas las agencias federales utilicen la nueva denominación en mapas, contratos y demás documentos, según informó Bloomberg. El medio citó al presidente justificando su decisión al decir: “Nosotros hacemos la mayor parte del trabajo ahí, y es nuestro”. También señala que la frontera marítima se encuentra aproximadamente en el centro del golfo.
El golfo es la región más grande de producción de petróleo en alta mar de los Estados Unidos, representando el 97% de toda la producción de petróleo y gas en alta mar, según la Oficina de Gestión de Energía Oceánica. Aporta alrededor del 14% del total nacional de crudo y el 5% de la producción de gas natural. En términos de refinación, el golfo tiene aún más protagonismo, ya que alberga más del 48% de la capacidad de refinación del país y el 51% de la capacidad de procesamiento de gas natural, de acuerdo con la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Energía.
Según la misma agencia, la producción de crudo en el golfo promedió 1.8 millones de barriles diarios el año pasado y se proyecta que aumente a 1.9 millones de barriles diarios este año. Este sería el mismo nivel de producción alcanzado en 2023, según el pronóstico de la EIA. Para el gas natural, se espera una producción diaria de 1.8 mil millones de pies cúbicos tanto en 2024 como en 2025, lo que representaría una disminución respecto a los niveles de 2023, que promediaron 2 mil millones de pies cúbicos diarios.
En su informe sobre el golfo, la EIA también señaló que se espera el inicio de producción de 12 nuevos campos en 2024 y 2025, lo cual ayudaría a mantener los niveles de producción de petróleo y gas. Sin nuevos campos, la producción en el golfo disminuiría. Se estima que la producción adicional de estos nuevos campos superará los 200,000 barriles diarios.