Miles de documentos sin editar sobre el asesinato de John F. Kennedy en 1963 fueron desclasificados y publicados en el sitio web de la Administración Nacional de Archivos y Registros de Estados Unidos. La publicación, realizada el martes por la noche, incluye alrededor de 2.200 archivos que suman más de 63.000 páginas. Aunque la colección completa relacionada con el magnicidio supera los 6 millones de páginas, la mayoría ya se había divulgado anteriormente.
El presidente Donald Trump confirmó el lunes que la publicación se llevaría a cabo y estimó que el total de documentos podría alcanzar las 80.000 páginas. “Tenemos una cantidad tremenda de papel. Tienes mucha lectura”, comentó Trump durante su visita al Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas en Washington.
El asesinato de Kennedy ha generado un interés persistente y alimentado numerosas teorías de conspiración. No obstante, especialistas en la vida y muerte del expresidente consideran poco probable que los documentos desclasificados aporten revelaciones decisivas o disipen las dudas sobre lo ocurrido. Un primer análisis de los archivos no mostró información que contradiga la versión oficial.
Pese a ello, la divulgación de estos documentos capta la atención de quienes llevan décadas estudiando el caso, el contexto histórico y la figura de Kennedy. Muchos archivos detallan los esfuerzos de investigadores por conocer más sobre la estancia de Lee Harvey Oswald en la Unión Soviética y rastrear sus movimientos previos al asesinato ocurrido en Dallas el 22 de noviembre de 1963.
Uno de los documentos, clasificado como “secreto”, contiene un informe mecanografiado con anotaciones manuscritas de una entrevista realizada en 1964 por un investigador de la Comisión Warren. En la conversación, Lee Wigren, un empleado de la CIA, fue interrogado sobre inconsistencias en los informes proporcionados a la comisión por el Departamento de Estado y la CIA sobre matrimonios entre mujeres soviéticas y ciudadanos estadounidenses. En el momento del crimen, Oswald estaba casado con Marina Oswald, de origen soviético.
Otros documentos del Departamento de Defensa de 1963 reflejan la tensión de la Guerra Fría y la política de Estados Unidos en América Latina. Uno de ellos analiza los esfuerzos estadounidenses por contrarrestar la influencia del líder cubano Fidel Castro en movimientos comunistas de la región. Se concluye que Castro no buscaría una confrontación directa con Washington ni acciones que pusieran en peligro inmediato su régimen, pero sí incrementaría su apoyo a grupos subversivos en América Latina.
Un informe fechado en enero de 1962 revela detalles de la “Operación Mangosta” o “Proyecto Cubano”, una estrategia de la CIA para llevar a cabo sabotajes y operaciones encubiertas contra Cuba con el objetivo de derrocar a Castro. Kennedy autorizó esta iniciativa en 1961.
Fredrik Logevall, historiador de Harvard y autor de JFK: Coming of Age in the American Century 1917-56, destacó la importancia de acceder a la documentación sin ediciones. “Es valioso que toda la información salga a la luz en su forma más completa”, comentó en un correo a Reuters. Sin embargo, señaló que no espera que estos archivos aporten revelaciones significativas que modifiquen la comprensión del asesinato de Kennedy.
Trump ordena publicar archivos sobre asesinatos de Kennedy y King

Tras asumir el cargo, Donald Trump instruyó la publicación de los archivos clasificados restantes sobre el asesinato de John F. Kennedy. También ordenó al director de inteligencia nacional y al fiscal general elaborar un plan para divulgar estos documentos.
La orden presidencial incluyó la desclasificación de registros federales relacionados con los asesinatos de 1968 del senador Robert F. Kennedy y el reverendo Martin Luther King Jr.
Luego de firmar la orden, Trump entregó su bolígrafo a un asistente con instrucciones de enviarlo a Robert F. Kennedy Jr., alto funcionario de salud en su administración. Hijo de Robert F. Kennedy y sobrino de John F. Kennedy, Kennedy Jr. se ha distanciado de su familia debido a su activismo antivacunas.
Ha expresado dudas sobre la versión oficial del asesinato de su tío, cuestionando que un hombre armado palestino de Jordania, quien admitió su enojo con Kennedy por su apoyo a Israel, actuara solo en el crimen.
Contactado por Reuters el martes, Kennedy Jr. evitó hacer declaraciones.
El asesinato de JFK desata teorías que persisten décadas después

Cuando el Air Force One aterrizó en Dallas el 22 de noviembre de 1963, John F. Kennedy y Jacqueline Kennedy fueron recibidos por un cielo despejado y multitudes entusiastas. Con la reelección en el horizonte, el viaje tenía el propósito de fortalecer alianzas políticas en Texas.
Mientras la caravana presidencial avanzaba hacia el centro de la ciudad, disparos surgieron desde el edificio del Depósito de Libros Escolares de Texas. La policía detuvo a Lee Harvey Oswald, un exmarine de 24 años, quien había disparado desde una posición elevada en el sexto piso.
Dos días después, mientras lo trasladaban a prisión, Jack Ruby, dueño de un club nocturno, asesinó a Oswald de un disparo.
Al año siguiente, la Comisión Warren, creada por el presidente Lyndon B. Johnson para esclarecer el crimen, concluyó que Oswald actuó solo y que no existía evidencia de una conspiración.
Sin embargo, la investigación no disipó las dudas y, con el tiempo, surgieron numerosas teorías alternativas sobre el magnicidio.
Miles de archivos sobre JFK

En la década de 1990, el gobierno federal ordenó que todos los documentos relacionados con el asesinato de John F. Kennedy se reunieran en una colección única bajo la custodia de la Administración Nacional de Archivos y Registros. La normativa exigía que estos archivos fueran divulgados antes de 2017, salvo que el presidente aprobara exenciones.
Al asumir la presidencia en 2017, Donald Trump prometió liberar todos los documentos pendientes, pero finalmente retuvo algunos por considerarlos un riesgo para la seguridad nacional. Durante la administración de Joe Biden, la publicación de archivos continuó, aunque ciertos documentos permanecen clasificados.
Según los Archivos Nacionales, la mayoría de su colección, compuesta por más de seis millones de páginas, fotografías, grabaciones y objetos relacionados con el caso, ya se ha hecho pública. Sin embargo, investigadores estiman que alrededor de 3.000 archivos siguen sin desclasificarse por completo.
El mes pasado, el FBI reveló el hallazgo de aproximadamente 2.400 nuevos documentos vinculados al asesinato. La agencia anunció que estaba trabajando en su transferencia a los Archivos Nacionales para integrarlos en el proceso de desclasificación.
Unos 500 documentos, entre ellos declaraciones de impuestos, quedaron fuera del requisito de divulgación de 2017 y siguen sin estar disponibles para el público.
Archivos desclasificados revelan movimientos de Oswald antes del asesinato

Documentos previos han arrojado luz sobre las operaciones de los servicios de inteligencia en la época del asesinato de John F. Kennedy. Entre ellos, cables de la CIA y memorandos detallan las visitas de Lee Harvey Oswald a las embajadas soviética y cubana en la Ciudad de México semanas antes del crimen. El exmarine había desertado a la Unión Soviética antes de regresar a Texas.
Un informe de la CIA describe cómo Oswald llamó a la embajada soviética en la Ciudad de México para solicitar una visa que le permitiera viajar a la Unión Soviética. También acudió a la embajada cubana, aparentemente buscando una visa para ingresar a Cuba y esperar allí su entrada al país soviético. El 3 de octubre, más de un mes antes del asesinato, regresó a Estados Unidos cruzando la frontera de Texas.
Otro memorándum, fechado un día después del magnicidio, menciona una llamada interceptada en la que Oswald se habría comunicado con un oficial de la KGB en la embajada soviética en septiembre de ese año.
Los documentos también han aportado información sobre el contexto de la Guerra Fría y la forma en que operaban los servicios de inteligencia en aquel periodo, según los investigadores.