Dirigiéndose a la Asamblea general de las Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirma que no se debe permitir que el régimen de Irán obtenga armas nucleares y señala que su capacidad de enriquecimiento nuclear quedó destruida en la guerra de doce días de junio.
“Nunca se puede permitir que el principal patrocinador del terrorismo posea el arma más peligrosa”, dice Trump. “Por eso, poco después de asumir el cargo, envié al llamado Líder Supremo una carta con una oferta generosa. Ofrecí plena cooperación a cambio de la suspensión del programa nuclear de Irán. La respuesta del régimen fue continuar con sus constantes amenazas a sus vecinos y a los intereses de Estados Unidos en toda la región y en algunos países cercanos de gran relevancia”.
Como consecuencia, afirma, Estados Unidos recurrió a la fuerza. “Hoy, muchos de los excomandantes militares de Irán, de hecho casi todos, ya no están con nosotros. Están muertos. Hace tres meses, en la Operación Martillo de Medianoche, siete bombarderos B-2 estadounidenses lanzaron catorce bombas de 30 000 libras cada una sobre la instalación nuclear clave de Irán y la destruyeron por completo”.
Añade: “Ningún otro país del mundo podría haber hecho lo que hicimos. Ningún otro país tiene el equipo para hacerlo. Tenemos las mejores armas del planeta. No queremos usarlas, pero hicimos algo que durante veintidós años la gente había pedido”.
“Con la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán destruida, negocié de inmediato el fin de la guerra de doce días, como se la llama, entre Israel e Irán, con ambas partes de acuerdo en no volver a luchar”.