Donald Trump ordenó el jueves al ejército de Estados Unidos reanudar de inmediato las pruebas de armas nucleares, minutos antes de una reunión con Xi Jinping en Busan, y lo anunció en Truth Social.
Trump anuncia la reanudación de pruebas y fija paridad con otras potencias
Trump hizo el anuncio sorpresa en Truth Social desde el helicóptero Marine One, en ruta a una sesión de negociación comercial con Xi Jinping en Busan, Corea del Sur. Dijo que instruyó al Pentágono a probar el arsenal nuclear de Estados Unidos en igualdad de condiciones con otras potencias. Publicó que el proceso comenzaría de inmediato y afirmó que Rusia ocupa el segundo lugar y China un distante tercero, pero lo estaría incluso dentro de cinco años.
No ofreció más detalles ni respondió a la pregunta de un reportero sobre su publicación tras sus comentarios iniciales a Xi. Permaneció sin claridad si habló de pruebas nucleares explosivas, a cargo de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, o de pruebas de vuelo de misiles con capacidad nuclear. Más tarde, en el Air Force One, dijo a periodistas que Estados Unidos debía reanudar pruebas para mantenerse al día con otras potencias nucleares.
Trump añadió que los sitios de pruebas nucleares se determinarían con posterioridad. La decisión siguió a una rápida expansión del arsenal nuclear de China en los últimos años y llegó después de que Rusia anunciara una prueba exitosa de un misil de crucero de propulsión nuclear y capacidad nuclear, además de un torpedo con propulsión nuclear. Trump ya había abordado los movimientos rusos a principios de semana desde el Air Force One.
En ese intercambio con periodistas, afirmó que Vladimir Putin debía trabajar para poner fin a la guerra en Ucrania en lugar de probar misiles. Dijo además que la instrucción al Departamento de Guerra buscaba asegurar paridad estratégica. Reiteró que Rusia ocupa el segundo lugar y que China permanecería en un distante tercero incluso dentro de cinco años. Mantuvo la línea de presión mientras se dirigía a la reunión con Xi para la negociación comercial.

Datos clave del anuncio y el contexto inmediato
- Orden de reanudación comunicada el jueves en Truth Social antes de la reunión con Xi.
- Referencia a pruebas “en igualdad de condiciones” con otras potencias nucleares.
- Sin precisión sobre pruebas explosivas o pruebas de vuelo con capacidad nuclear.
- Sitios de pruebas por determinar, según declaraciones en el Air Force One.
Expansión nuclear de China y demostraciones estratégicas de Rusia
Beijing más que duplicó su arsenal hasta un estimado de 600 armas nucleares en 2025 desde 300 en 2020, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington. Dijo que funcionarios militares estadounidenses estiman que China superará las 1.000 armas para 2030. Un desfile del Día de la Victoria en septiembre reveló cinco capacidades nucleares con alcance al territorio continental de Estados Unidos, de acuerdo con el CSIS.
La Asociación de Control de Armas indica que Estados Unidos posee 5.225 ojivas nucleares y Rusia 5.580. Putin afirmó el miércoles que Rusia probó con éxito un supertorpedo de propulsión nuclear Poseidón, al que analistas militares atribuyen capacidad para devastar regiones costeras mediante vastas marejadas oceánicas radiactivas. La secuencia incluyó además, según se informó, una prueba exitosa de un misil de crucero Burevestnik el 21 de octubre y simulacros de lanzamiento nuclear el 22 de octubre.
Trump reforzó su postura hacia Rusia mientras Putin exhibió públicamente músculo nuclear con esas demostraciones. El anuncio estadounidense ocurrió tras el reporte ruso del misil de crucero de propulsión nuclear y del torpedo con propulsión nuclear. En agosto, Trump dijo que discutió control de armas nucleares con Putin y que deseó la participación de China. Beijing respondió que resultaba irrazonable y poco realista sumarse por su arsenal mucho más pequeño.

Trump expuso por primera vez su intención de continuar con esfuerzos de control de armas nucleares en febrero. Señaló que deseó iniciar discusiones con Putin y Xi para imponer límites a sus arsenales. En paralelo, el CSIS atribuyó a China la duplicación de su arsenal en pocos años y los funcionarios estadounidenses calcularon más de 1.000 armas para 2030. Esos datos enmarcaron el anuncio estadounidense y definieron el tono del intercambio con Xi.
Reacciones políticas, tiempos técnicos y antecedentes de pruebas nucleares
La reacción política surgió con rapidez. La representante Dina Titus, demócrata de Nevada, anunció en X que presentaría legislación para detener la reanudación. Daryl Kimball, director de la Asociación de Control de Armas, sostuvo en X que Estados Unidos necesitaría al menos treinta y seis meses para reanudar pruebas nucleares contenidas bajo tierra en el antiguo sitio de Nevada. Afirmó que Trump careció de buena información y permaneció fuera de contacto con necesidades técnicas y políticas.

Kimball añadió que el anuncio podría desencadenar una reacción en cadena de pruebas por parte de adversarios de Estados Unidos y hacer estallar el Tratado de No Proliferación. Indicó además que, además de aportar datos técnicos, una prueba estadounidense se vería en Rusia y China como una afirmación deliberada del poder estratégico de Estados Unidos. Putin repitió que Rusia hará pruebas si Estados Unidos procede con esa decisión, según declaró en reiteradas ocasiones.
Estados Unidos probó por última vez un arma nuclear en 1992. La mayoría de las principales potencias nucleares, con la excepción de Corea del Norte, detuvo las pruebas nucleares explosivas en la década de 1990. Corea del Norte realizó su última prueba en 2017. La última prueba confirmada de Rusia ocurrió en 1990, seguida por la última de Estados Unidos en 1992 y de China en 1996. Esos hitos definieron la pausa que antecedió al anuncio de Trump.
Estados Unidos abrió la era nuclear en julio de 1945 con una prueba de veinte kilotones en Alamogordo, Nuevo México. Posteriormente lanzó bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 para poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Ese origen histórico enmarcó un régimen de pruebas que las principales potencias suspendieron en los noventa. El nuevo anuncio alteró el equilibrio simbólico que había surgido tras décadas de detención de pruebas con explosivos nucleares.
