Donald Trump dirige la reapertura de Alcatraz para albergar a los delincuentes más violentos, buscando restaurar la ley y el orden en EE. UU.
Trump impulsa la reapertura de Alcatraz para combatir el crimen
El presidente Donald Trump anunció el 4 de mayo de 2025, a través de su plataforma Truth Social, que ordenó la reconstrucción y reapertura de la prisión federal de Alcatraz, ubicada en una isla en la Bahía de San Francisco, California. La cárcel, cerrada desde 1963, será ampliada para albergar a los “delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos”, según el mandatario. Trump destacó que esta medida busca restaurar la seguridad pública y enviar un mensaje claro de ley y orden, en un momento en que el país enfrenta desafíos relacionados con el crimen violento y la inmigración ilegal. La decisión se enmarca en una serie de políticas de mano dura contra la delincuencia promovidas por su administración.
En su mensaje, Trump señaló que la reapertura de Alcatraz responde a la necesidad de volver a los valores de una “nación más seria”, donde los criminales peligrosos eran apartados de la sociedad para proteger a los ciudadanos. “Ya no toleraremos a estos delincuentes en serie que esparcen inmundicia, derramamiento de sangre y caos en nuestras calles”, escribió. El presidente también criticó a jueces que, según él, obstaculizan la deportación de criminales indocumentados al exigir el debido proceso, afirmando que Alcatraz será un símbolo de “ley, orden y justicia”.
La Oficina de Prisiones de EE. UU. confirmó que cumplirá con las órdenes presidenciales, aunque no proporcionó detalles sobre la viabilidad del proyecto ni el papel de la agencia, dado que la isla está actualmente bajo el control del Servicio de Parques Nacionales. Alcatraz, conocida como “La Roca”, operó como prisión federal de máxima seguridad desde 1934 hasta 1963, albergando a criminales notorios como Al Capone, George ‘Machine Gun’ Kelly y Robert Stroud, el “Hombre Pájaro de Alcatraz”. Su cierre se debió a los elevados costos operativos, estimados en tres veces más que otras prisiones federales, y al deterioro de su infraestructura por la exposición al agua salada.
La prisión, ubicada a dos kilómetros de la costa de San Francisco, tenía una capacidad máxima de 336 reclusos y era considerada prácticamente a prueba de fugas debido a las fuertes corrientes del Pacífico. Durante sus 29 años de operación, se registraron 14 intentos de fuga, el más famoso en 1962, cuando John Anglin, Clarence Anglin y Frank Morris lograron escapar, aunque nunca se confirmó si sobrevivieron. Este episodio inspiró películas como Escape from Alcatraz (1979), protagonizada por Clint Eastwood, y The Rock (1996), con Sean Connery y Nicolas Cage.
Datos clave sobre la reapertura de Alcatraz
- Directiva presidencial: Trump ordenó a la Oficina de Prisiones, el Departamento de Justicia, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional reconstruir y ampliar Alcatraz para delincuentes violentos.
- Capacidad histórica: La prisión original albergaba hasta 336 reclusos, pero se planea una expansión significativa.
- Costo estimado: En 1963, operar Alcatraz costaba 10 dólares por recluso al día, frente a 3 dólares en otras prisiones.
- Simbolismo: Trump presenta la reapertura como un emblema de ley y orden, en respuesta a jueces que protegen a criminales indocumentados.
- Turismo actual: Alcatraz recibe más de un millón de visitantes al año como sitio histórico gestionado por el Servicio de Parques Nacionales.
Contexto histórico y relevancia de Alcatraz en la política de Trump
Alcatraz comenzó como un fuerte militar en el siglo XIX antes de convertirse en prisión militar en 1912 y luego en penitenciaría federal en 1934. Diseñada para los reclusos más incorregibles, su reputación de prisión inexpugnable se forjó por su aislamiento geográfico y las estrictas condiciones de confinamiento. Tras su cierre, la isla fue ocupada por activistas nativos americanos entre 1969 y 1971, un evento que marcó un hito en el movimiento por los derechos indígenas. Desde 1973, forma parte del Área Recreativa Nacional Golden Gate y se ha consolidado como una de las principales atracciones turísticas de San Francisco, con más de un millón de visitantes anuales.
La propuesta de Trump ha generado apoyo entre sectores conservadores que ven en Alcatraz un símbolo de firmeza contra el crimen. El comentarista Eric Daugherty defendió la iniciativa, argumentando que las críticas sobre los costos son hipócritas, especialmente si el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) logra ahorros significativos. Otro usuario en X, identificado como WarClandestine, respaldó el plan por su valor disuasorio, sugiriendo que la reapertura enviará un mensaje contundente a los delincuentes. Estas posturas reflejan el respaldo de la base conservadora a las políticas de seguridad de Trump.
Sin embargo, la logística para reabrir Alcatraz presenta desafíos. La isla requiere una reconstrucción masiva debido al deterioro de sus instalaciones, con estimaciones de costos iniciales entre 235 y 370 millones de dólares, y gastos operativos anuales de hasta 60 millones, según analistas. Además, transferir el control del Servicio de Parques Nacionales a la Oficina de Prisiones necesitaría la aprobación del Congreso, y cualquier construcción enfrentaría regulaciones ambientales de California, como las relacionadas con la protección de aves migratorias que anidan en la isla.
La decisión de Trump también se vincula a su agenda de inmigración. En su anuncio, el presidente expresó frustración con “jueces radicalizados” que exigen debido proceso para deportaciones, sugiriendo que Alcatraz podría usarse para retener a criminales indocumentados mientras se resuelven disputas legales. Esta postura se alinea con su reciente conflicto con tribunales, incluido un caso en el que su administración deportó ilegalmente a Kilmar Abrego García a El Salvador, desafiando una orden judicial.
Impacto y perspectivas de la reapertura de Alcatraz
La reapertura de Alcatraz refuerza la narrativa de Trump de priorizar la seguridad ciudadana y combatir el crimen con medidas drásticas. En el pasado, la prisión fue un símbolo de disciplina y control, y su reactivación busca proyectar esa imagen en un contexto moderno. La Oficina de Prisiones ya opera 16 penitenciarías de alta seguridad, como las de Florence, Colorado, y Terre Haute, Indiana, pero Alcatraz ofrece un valor simbólico único por su historia y ubicación.
El anuncio ha generado reacciones mixtas. Mientras que los conservadores aplauden la medida como un paso hacia la disuasión del crimen, otros cuestionan su viabilidad práctica. La infraestructura de la isla, afectada por décadas de exposición al ambiente marino, requiere una inversión significativa para cumplir con los estándares modernos de una prisión de máxima seguridad. Además, el traslado de reclusos a una isla remota plantea desafíos logísticos, como el transporte de suministros y personal.
En el ámbito político, la propuesta de Trump se percibe como un movimiento estratégico para consolidar su base electoral, que valora las políticas de mano dura. La referencia a Alcatraz como un “símbolo de ley y orden” resuena con los votantes que apoyaron su campaña de 2024, enfocada en combatir el crimen y fortalecer las fronteras. La medida también podría servir como una respuesta a críticas sobre la lenidad judicial, un tema recurrente en los discursos del presidente.
A pesar de los obstáculos, el anuncio refleja la determinación de Trump de usar su autoridad ejecutiva para implementar cambios audaces. Aunque no se ha establecido un cronograma para la reapertura, la directiva presidencial marca un punto de inflexión en el debate sobre la gestión del crimen en Estados Unidos, con Alcatraz como un ícono renovado de la lucha contra la delincuencia.