Donald Trump realizó su primer mitin al aire libre desde que fue víctima de un intento de asesinato el mes pasado, apareciendo detrás de un cristal blindado en Carolina del Norte.
El evento, que se enfocó en temas de seguridad nacional, también incluyó críticas hacia su predecesor, Barack Obama, a quien calificó de “desagradable” por sus comentarios durante la Convención Nacional Demócrata la noche anterior.
Este mitin forma parte de una serie de eventos con los que Trump pretende contraprogramar la Convención Nacional Demócrata que se está celebrando en Chicago.
A pesar de los esfuerzos de sus aliados, que le han recomendado centrarse en las políticas y no en ataques personales, Trump no dejó de lado los comentarios mordaces mientras lidia con el hecho de que Biden ha abandonado la carrera electoral.
Durante la segunda noche de la convención demócrata, los discursos de los Obama se destacaron por su fuerte tono crítico hacia Trump. En particular, Barack Obama ridiculizó la fijación de Trump con el tamaño de sus multitudes y lo calificó como “un multimillonario de 78 años que no ha dejado de quejarse de sus problemas desde que bajó por su escalera mecánica dorada hace nueve años”.
Obama también insinuó que la actitud de Trump ha empeorado ahora que teme perder contra Kamala Harris, afirmando que “ha sido un flujo constante de quejas y reclamos”. Ante estas declaraciones, Trump reaccionó, describiendo el discurso de Obama como “muy desagradable”.
A su vez, reconoció que intenta mantener una postura amable, aunque le resulta difícil cuando las críticas se tornan personales.
Durante su intervención, Trump interactuó con la multitud, cuestionando si debía seguir el consejo de sus asesores, quienes le sugirieron no caer en ataques personales y centrarse en temas políticos. Al preguntar al público si preferían que mantuviera un tono más personal o no, la respuesta fue abrumadoramente a favor de continuar con los ataques.
El mitin se llevó a cabo bajo estrictas medidas de seguridad. Trump habló desde un podio rodeado por paneles de vidrio a prueba de balas, diseñados para crear una barrera protectora en todo el escenario. Estas precauciones fueron implementadas tras el incidente ocurrido el 13 de julio en Pensilvania, cuando un hombre armado intentó atentar contra su vida.
El lugar del evento también contaba con contenedores de almacenamiento apilados alrededor del perímetro para reforzar la seguridad y limitar las líneas de visión. Además, francotiradores estaban apostados en los techos cercanos, mientras que aviones viejos formaban parte del fondo, complementados por una gran bandera estadounidense suspendida de grúas sobre el escenario.