El presidente Donald Trump se dispone a pronunciar un discurso pregrabado ante la Asamblea General de la ONU mientras lidia con la pandemia del coronavirus, las frías relaciones entre Estados Unidos y China y las continuas amenazas de Corea del Norte e Irán, además de las inminentes elecciones en su país.
Trump dijo a los periodistas el lunes que tendría un “fuerte mensaje” para China, donde se reportaron los primeros casos de COVID-19, pero no dio detalles antes del discurso del martes. Anteriormente en su administración, Trump recibió al presidente chino Xi Jinping en su club de Florida, pero ahora los dos líderes están intercambiando palabras de enojo por el comercio.
La administración ha estado criticando al Partido Comunista Chino por su manejo del COVID-19, la intromisión en las elecciones, el espionaje en los Estados Unidos y el tráfico de influencias en todo el mundo.
Trump no es popular en las Naciones Unidas y su discurso de este año llega en un momento en que los miembros de la ONU están presionando a Washington. El lunes, Trump declaró que se han vuelto a imponer todas las sanciones de la ONU contra Irán, una medida los aún signatarios del acuerdo nuclear han descalificado como “ilegal”.
La declaración de Trump se produjo poco después de que firmara una orden ejecutiva en la que se explicaba cómo los Estados Unidos harían cumplir el restablecimiento de las sanciones. “Mis acciones de hoy envían un claro mensaje al régimen iraní y a aquellos en la comunidad internacional que se niegan a enfrentarse a Irán”, dijo.
Estados Unidos dijo que estaba reimponiendo sanciones a Irán por no cumplir con el acuerdo nuclear de 2015 entre Teherán y las potencias mundiales. Pero Trump, en 2018, se retiró del acuerdo en el que Irán acordó frenar su programa nuclear a cambio de miles de millones de dólares de alivio de las sanciones.
Pocos estados miembros de la ONU creen que Estados Unidos tiene la capacidad legal para restaurar las sanciones porque Trump se retiró del acuerdo. Los EE.UU. argumentan que conservan el derecho de hacerlo como participante original en el acuerdo y miembro del consejo.
La Casa Blanca no ha previsto su discurso en la ONU, pero se esperaba que Trump pusiera de relieve los acuerdos que los EE.UU. negociaron entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Los acuerdos históricos llegan cuando las relaciones entre el Estado judío y las naciones árabes se están descongelando como un empuje contra Irán.
Es probable que el presidente se atribuya el mérito de haber mediado en la cooperación económica entre Serbia y Kosovo y de haber presionado a las naciones de la OTAN para que cumplan su promesa de gastar el 2% de su producto interno bruto en sus propias defensas para disminuir la carga de la alianza.