Con el fin de resolver las crecientes tensiones entre Ankara y Washington, Turquía no debe poner en servicio los sistemas de misiles S-400 que compró a Rusia, los analistas Christopher Nixon Cox y James Arnold dijeron en The Hill el viernes.
Washington, que está preocupado de que los sistemas fabricados en Rusia puedan acceder a información confidencial sobre los cazas furtivos F-35, anunció que eliminaría a Turquía del programa de producción conjunta de los F-35 y detuvo la entrega de 100 aviones F-35 que Turquía había comprado.
Turquía también se arriesga a recibir la imposición de más sanciones por parte de los EE. UU. en virtud de la Ley contra los adversarios de Estados Unidos mediante sanciones (CAATSA).
Según Cox, miembro de la junta directiva de la Fundación Richard Nixon y miembro no residente del Instituto de Autodeterminación de Liechtenstein de Princeton, y James Arnold, un estratega geopolítico y financiero británico, datos recopilados con el sistema de radar S-400 y la recopilación de inteligencia humana de los tiempos de despegue y aterrizaje de los F-35 sería suficiente para que Rusia desarrolle un perfil de radar de cazas furtivos.
“Una solución viable a este enigma geopolíticamente explosivo es que Turquía pague a Rusia por el S-400 pero no lo ponga en servicio, y que Estados Unidos le preste, con condiciones, los sistemas Patriot equivalentes a Turquía, un miembro estratégico de la OTAN de primera línea”, dijeron los analistas.
Informes recientes indican que la administración de los EE. UU. está buscando un acuerdo con Turquía en lugar de imponer sanciones de forma inmediata bajo la condición de que los sistemas S-400 no estén activados. Según la corresponsal de seguridad nacional de Defence One, Katie Bo Williams, el senador Lindsey Graham llamó esta semana al ministro de Relaciones Exteriores de Turquía para transmitir dicha propuesta.
“Podría haber más sanciones que seguir, pero, francamente, lo que realmente nos gustaría es que el S-400 no se vuelva operativo”, dijo el jueves el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en una entrevista en Bloomberg Television.
“Todavía es posible precipitar una serie positiva de resultados para los aliados de Estados Unidos, Turquía y la OTAN”, dijeron Cox y Arnold. “Si no es así, dormiremos y nos adentraremos en una realineación geopolítica indeseable”.