Alta Fixsler, de dos años de edad, debe ser desconectada de la respiración artificial, según ha dictaminado esta semana la División de Familia del Tribunal Superior de Justicia británico. La niña sufrió graves daños cerebrales tras complicaciones durante el parto y no puede comer ni respirar sin apoyo médico.
Los padres de Alta solicitaron su traslado a un hospital de Israel para recibir tratamiento, pero el tribunal lo rechazó. Tras una batalla legal de seis meses, el juez dictaminó que lo mejor para Alta era suspender su tratamiento médico.
Según el juez, llevar a Alta a Israel solo le causaría molestias “sin ningún beneficio médico”.
También dijo que sus padres, que son ultraortodoxos, “no pueden ser criticados por haber llegado a una decisión diferente informada por las leyes religiosas que rigen su forma de vida, pero aplicando los principios legales seculares que debo … No puedo estar de acuerdo con su valoración y estoy obligado a actuar en consecuencia”.
En una entrevista con Israel Hayom, el padre de Alta, Avraham Fixsler, dijo: “Sólo pido a quien me escuche que nos ayude a salvar a mi niña de una muerte segura. Quieren desconectarla [de las máquinas] y matarla. Se lo ruego al primer ministro, a los ministros, a los miembros de la Knesset, a los rabinos principales y a cualquier persona que pueda ayudar”.
El Gran Rabino de Israel, David Lau, se dirigió al Fiscal General, Avichai Mendelblit, para que interviniera en el asunto y ayudara a la familia. La oficina del fiscal general respondió que la petición había sido aceptada y que se estaba investigando el asunto.
Los expertos señalaron que, desgraciadamente, las posibilidades de que la familia Fixsler pueda recurrir la sentencia del tribunal son escasas, al igual que las posibilidades de trasladar al niño a Israel.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel dijo en un comunicado que si la familia se dirige a ellos en busca de ayuda, verán cómo pueden ser de ayuda por motivos humanitarios.