Los capitanes de 129 yates iniciaron una regata oceánica Sídney-Hobart descrita como “accidentada”. Numerosas tripulaciones prevén arrojar pétalos de rosa al avanzar por mares duros para recordar a las víctimas del atentado terrorista contra un evento judío ocurrido en Bondi Beach, en Sídney, el 14 de diciembre.
En una jornada veraniega fresca y gris en el puerto de Sídney, grandes grupos se concentran a lo largo de la costa o miran desde decenas de barcos. Un cañonazo marca la largada y pone en movimiento a la flota en la edición número 80 de la competencia.
Las dotaciones afrontarán olas de hasta cuatro metros y vientos cercanos a 25 nudos durante la primera jornada del recorrido de 628 millas náuticas entre Sídney y Hobart. Un meteorólogo transmitió esa advertencia en la última sesión informativa previa a la salida oficial del evento.
Antes de la partida, el presidente del comité de la regata, Lee Goddard, anticipó condiciones severas. “Va a hacer frío. Va a estar mojado. Va a ser accidentado”, afirmó. “La gente se va a marear, y habrá incidentes, y probablemente habrá lesiones”, durante la travesía inicial.
En la edición anterior, dos marineros murieron en episodios distintos, con vientos fuertes golpeando a la flota. Esta vez, navegantes realizarán un homenaje especial. Al pasar frente a la playa, soltarán pétalos “en señal de respeto por la trágica pérdida de vidas”, según Sam Haynes, comodoro del Cruising Club Sydney.
