El presidente Xi Jinping prometió en un significativo discurso que China “nunca se comprometerá a renunciar al uso de la fuerza” contra Taiwán, provocando los vítores del público.
Al comienzo del 20.º Congreso Nacional del Partido Comunista Chino en Pekín, Xi prometió: “Seguiremos trabajando por la reunificación pacífica”. “Pero nunca nos comprometeremos a dejar de usar la fuerza. Además, conservamos el derecho a tomar las medidas que sean necesarias”.
Desde 1949, Taiwán tiene un gobierno independiente al de China, aunque esta sigue considerando la isla como parte de su territorio.
La unificación de ambas partes “se logrará”, según Xi, citado por Associated Press.
En referencia a los políticos extranjeros que, según el partido gobernante, están presionando a Taiwán para que declare su independencia de facto de forma permanente —una medida que, según el continente, provocaría una guerra—, Xi dijo que China tiene que impedir “la intervención de otras fuerzas”.
Mediante el vuelo de bombarderos y aviones de combate cerca de la isla, Pekín ha pretendido asustar a Taiwán. Después de que Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, visitara Taiwán en agosto, intensificó esa campaña.
Según AP, el Consejo de Asuntos Continentales del Gabinete taiwanés respondió al discurso de Xi afirmando que los 23 millones de residentes de la isla tenían derecho a decidir su propio futuro y no aceptarían las demandas unilaterales de Pekín.
El consejo emitió una declaración en la que decía: “Instamos firmemente a los dirigentes comunistas chinos a que renuncien a la imposición de un marco político y al uso de la fuerza militar y la coerción”.
Desde que la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen fue elegida para su primer mandato en 2016, China ha suspendido todas las comunicaciones con Taiwán.
Los líderes de los siguientes cinco años serán elegidos por la legislatura.
Se prevé que los delegados den a Xi un tercer mandato de cinco años como secretario general del partido, rompiendo con los precedentes.
Amnistía Internacional lanzó una advertencia el domingo, afirmando que prolongar el gobierno de Xi sería “una pesadilla para los derechos humanos”.
Hana Young, directora regional adjunta de la organización, dijo en un comunicado que la confirmación del tercer mandato de Xi Jinping “será un momento ominoso no solo para los millones de ciudadanos chinos que han sufrido graves violaciones de derechos humanos bajo su mandato, sino también para las personas de todo el mundo que sienten el impacto de la represión del gobierno chino”.
Young continuó: “Bajo la dirección de Xi, las políticas y comportamientos del gobierno ponen en peligro los derechos humanos en todas partes. El brazo de la represión estatal china se extiende cada vez más fuera de las fronteras de China, desde la campaña del gobierno para silenciar y deportar por la fuerza a los uigures en el extranjero hasta sus intentos de redefinir todo el concepto de derechos humanos en la ONU”.