A primera hora del día, una de las mayores instalaciones nucleares de Irán, Natanz, sufrió un “accidente” que Teherán ha calificado de “terrorismo nuclear”. Algunos medios de comunicación israelíes han ausado a Jerusalén, alegando que un ciberataque llevado a cabo por Israel podría ser el culpable.
Un portavoz de la Organización de la Energía Nuclear iraní, Behrouz Kamalvandi, sufrió un “accidente” cuando viajaba el domingo a Kashan para visitar las instalaciones de Natanz, que anteriormente sufrieron un “incidente”, informó la agencia de noticias iraní Irib.
Según el informe, Kamalvandi cayó desde una altura de siete metros. Irib, citando al presidente de la Universidad de Ciencias Médicas de Kashan, el doctor Seyed Alireza Moroji, dijo que el estado del portavoz es bueno, pero que había sufrido heridas en la cabeza y en un tobillo.
Al parecer, Kamalvandi fue trasladado al hospital Ayatollah Yathribi de Kashan, donde recibió tratamiento.
Su visita a Natanz, junto al jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi, tuvo lugar poco después de que la instalación nuclear sufriera un “incidente” que afectó a su red eléctrica. Según detalló Kamalvandi anteriormente, el incidente no provocó contaminación ni víctimas, y se ha iniciado una investigación.
Teherán calificó el incidente de “terrorismo nuclear” y se reserva el derecho a responder adecuadamente a quienes estén detrás del “atroz ataque”.
Algunos medios de comunicación israelíes, en particular The Jerusalén Post, alegaron que lo ocurrido con Nataz no fue un accidente, sino un “ciberataque” llevado a cabo por el Mossad, la agencia de inteligencia israelí. El jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) hizo el domingo unas declaraciones que muchos consideraron que insinuaban la implicación de Israel.
“Las acciones de las Fuerzas de Defensa de Israel en todo Oriente Medio no están ocultas a los ojos de nuestros enemigos. Nos observan, ven nuestras capacidades y consideran cuidadosamente sus próximos pasos”, dijo Kohavi.
A principios de 2010, las centrifugadoras de Natanz, según Teherán, resultaron dañadas tras un ataque de hackers. Aunque Irán no proporcionó más detalles en ese momento, varias agencias de ciberseguridad afirmaron que la instalación nuclear había sido víctima de un ciberataque realizado con la ayuda del virus Stuxnet, una herramienta de piratería informática desarrollada, según se dice, entre especialistas israelíes y estadounidenses.