NICOSIA, Chipre – Amnistía Internacional ha condenado el “clima de impunidad” que reina en Irán en relación con las muertes bajo custodia, a pesar de los informes sobre más de 70 casos de este tipo en la última década.
“Las autoridades iraníes no han rendido cuentas por al menos 72 muertes bajo custodia desde enero de 2010, a pesar de los informes creíbles de que fueron consecuencia de la tortura u otros malos tratos o del uso letal de armas de fuego y gases lacrimógenos por parte de funcionarios”, ha declarado el grupo de derechos humanos con sede en Londres.
El último caso documentado fue el de un joven de 31 años cuya muerte fue comunicada a su familia por funcionarios del Ministerio de Inteligencia en Urumieh, provincia de Azerbaiyán Occidental, el 8 de septiembre, ha dicho Amnistía en un comunicado.
“Los informes sobre la muerte de Yaser Mangouri en circunstancias sospechosas ponen de manifiesto cómo el clima de impunidad imperante envalentona aún más a las fuerzas de seguridad para violar el derecho a la vida de los presos sin temor a las consecuencias ni a la rendición de cuentas”, ha declarado Heba Morayef, directora de Amnistía para Oriente Medio y el Norte de África.
El informe del grupo se produce después de que el jefe de prisiones de Irán admitiera el mes pasado que se había producido un “comportamiento inaceptable” en una conocida prisión de Teherán, después de que unos vídeos publicados en el extranjero parecieran mostrar violencia contra los detenidos.
Las imágenes de guardias de la prisión golpeando y maltratando a los detenidos fueron obtenidas, al parecer, por piratas informáticos que accedieron a las cámaras de vigilancia de la prisión de Evin.
Amnistía Internacional dijo que las imágenes de vídeo filtradas “ofrecían pruebas inquietantes de palizas, acoso sexual y otros malos tratos a los presos por parte de los funcionarios de prisiones”.
Dijo que en 46 de las 72 muertes bajo custodia, fuentes informadas dijeron que habían sido consecuencia de “tortura física u otros malos tratos a manos de agentes de inteligencia y seguridad o funcionarios de prisiones”.
Otras 15 muertes fueron causadas por el uso de armas de fuego o gases lacrimógenos por parte de los guardias de la prisión para reprimir las protestas por temor a la seguridad de Covid-19, dijo Amnistía.
En los 11 casos restantes, las muertes se produjeron en circunstancias sospechosas, pero no se dispone de más detalles sobre las posibles causas, añadió.
“Las autoridades iraníes suelen atribuir las muertes bajo custodia a suicidios, sobredosis de drogas o enfermedades de forma precipitada y sin llevar a cabo ninguna investigación independiente y transparente”, afirmó el organismo de vigilancia.
En julio, Amnistía y otros nueve grupos de derechos instaron a los Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU a establecer un mecanismo para recopilar, preservar y analizar las pruebas de los delitos más graves cometidos en la república islámica.
Irán se defiende regularmente de los informes de Naciones Unidas o de grupos internacionales de derechos humanos que critican el trato que da a los reclusos.