El ataque a la instalación nuclear iraní de Natanz se preparó mucho antes de las actuales conversaciones nucleares de Viena entre Irán y las potencias mundiales, según ha sabido The Jerusalén Post.
Aunque es muy posible que el momento exacto del ataque, que se está atribuyendo ampliamente a Israel como un ataque físico o cibernético, haya recibido finalmente luz verde para hacer retroceder a la República Islámica en la mesa de negociaciones, la operación en sí se estaba preparando desde mucho antes.
En el momento en que se planificó la operación, todavía no estaba claro exactamente cuándo y si Estados Unidos e Irán volverían a negociar seriamente la vuelta al acuerdo nuclear de 2015, aunque se sabe desde hace tiempo que esa era la intención declarada del presidente estadounidense Joe Biden.
Anteriormente, el Post ha informado de que la planificación de la ahora legendaria incursión del Mossad en enero de 2018 a los secretos nucleares de Irán comenzó desde que asumió el director del Mossad Yossi Cohen a principios de 2016.
El hecho de que una operación sea física o cibernética también puede repercutir en el tiempo que dura la planificación, ya que hay grandes diferencias en cuanto al número de operativos que pueden ser necesarios sobre el terreno.
Según el informe del New York Times, el último ataque ha dejado fuera de servicio el sistema eléctrico de Natanz durante nada menos que nueve meses, lo que podría tener un gran impacto en la fortaleza de la posición negociadora de Teherán en Viena.
A pesar de la importancia para las negociaciones concretas, la impresión que da el Post es que la guerra encubierta contra Irán es continua y constante y se centra en impedir que se acerque al umbral nuclear, independientemente de la política concreta de las potencias mundiales sobre la cuestión en cada momento.
Aunque a primera hora del domingo Irán había intentado restar importancia al suceso de Natanz como un “accidente”, a media mañana el Post había informado de que el suceso fue intencionado y mucho más grave de lo que la República Islámica admitía.
Más tarde, el domingo, otros medios de comunicación y los iraníes empezaron a dar detalles adicionales sobre la gravedad del suceso.