Un ataque iraní contra Israel, que se anticipaba como represalia por la muerte de destacados líderes terroristas, podría ser evitado si Israel y Hamás logran acordar un alto el fuego en Gaza, una negociación largamente buscada. Estas conversaciones están programadas para reanudarse a finales de esta semana, según lo expresó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el martes.
Las declaraciones de Biden fueron emitidas poco después de que funcionarios iraníes informaran a Reuters que un ataque de represalia prometido podría ser postergado para dar tiempo a las negociaciones, a pesar de que Hamás señaló que no participaría en las conversaciones, y de que un miembro de la delegación israelí expresó dudas sobre la efectividad de las mismas si el primer ministro Benjamin Netanyahu no amplía el mandato del equipo negociador.
Las negociaciones, que buscan un cese de hostilidades y la liberación de rehenes, se reanudarán el jueves en Egipto o Qatar. Mediadores estadounidenses presentan esta cumbre como una posible última oportunidad para liberar a los rehenes capturados por Hamás el 7 de octubre, poner fin a la guerra de 10 meses en Gaza y evitar una guerra regional con la intervención de Irán.
Durante una visita a Nueva Orleans el martes, Biden fue consultado por la prensa sobre si esperaba que Irán pospusiera un ataque de represalia si se lograba un acuerdo. El presidente respondió: “Esa es mi expectativa”.
Sin embargo, Biden advirtió que alcanzar un alto el fuego “se está volviendo más difícil”, mientras reiteraba su determinación de poner fin a las hostilidades. “Veremos qué hace Irán y qué sucede si hay algún ataque, pero no me rendiré”, afirmó.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que estaba trabajando para asegurar la participación de Hamás en las próximas conversaciones. Vedant Patel, portavoz del Departamento de Estado, declaró que Doha había garantizado a Washington que “trabajaría para representar a Hamás” en las negociaciones.
El grupo terrorista emitió un comunicado el lunes en el que indicaba que no asistiría a la reunión a menos que los mediadores convencieran a Israel de aceptar la propuesta actualizada que Hamás presentó a principios de julio en respuesta al plan respaldado por Estados Unidos.
La propuesta de Hamás incluía ceder en su demanda principal de que Israel se comprometiera previamente a un alto el fuego permanente, algo que Israel había mantenido como requisito. En respuesta, Israel presentó una lista de demandas revisadas de Netanyahu, que Hamás rechazó.
Aunque no se ha anunciado el lugar exacto de la cumbre del jueves, un funcionario árabe comentó al Times of Israel que es probable que la reunión se realice en Doha. A pesar de las especulaciones sobre la posible ausencia de Hamás, Patel expresó que Estados Unidos “confía plenamente en que estas conversaciones avanzarán”.
En medio de los esfuerzos por concretar el esperado acuerdo, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, informó a los periodistas a bordo del Air Force One que el encargado de la Casa Blanca para Medio Oriente, Brett McGurk, viajará a El Cairo y Doha en los próximos días, mientras que el enviado especial Amos Hochstein visitará el Líbano en un intento por evitar una mayor escalada regional.
Irán evalúa represalias contra Israel mientras EE. UU. busca evitar un conflicto
Tras las sugerencias de funcionarios iraníes el martes de que un acuerdo exitoso sobre la liberación de rehenes podría impedir una represalia directa contra Israel, Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, afirmó que Estados Unidos considera que “lograr un acuerdo de alto el fuego es la mejor manera de reducir las tensiones actuales”.
Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos para disuadir a Irán de atacar a Israel en respuesta al asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, ocurrido el 31 de julio, y del cual Israel ha sido acusado. Sin embargo, Jerusalén no ha confirmado ni negado su implicación en la muerte de Haniyeh.
Por su parte, Hezbolá, el poderoso grupo terrorista respaldado por Irán en el Líbano, ha prometido vengar la muerte de su alto comandante militar, Fuad Shukr, quien fue asesinado cerca de Beirut el mismo día en un ataque reivindicado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Ante el creciente riesgo de un conflicto más amplio en Oriente Medio, Irán ha estado dialogando intensamente con países occidentales y con Estados Unidos en los últimos días para determinar cómo calibrar una eventual represalia. Así lo han informado a Reuters tres fuentes iraníes, que pidieron mantener su anonimato debido a la sensibilidad del tema.
En los últimos días, varios informes indicaron que Israel cree que Irán tiene la intención de atacar antes de que se reanuden las negociaciones el jueves para llegar a un acuerdo. Sin embargo, los nuevos comentarios sugieren que un ataque iraní podría producirse solo después de dichas conversaciones, y únicamente si Irán considera que los resultados no son satisfactorios.
Una de las fuentes, un alto funcionario de seguridad iraní, afirmó que Irán y sus aliados, como Hezbolá, llevarían a cabo un ataque directo si las conversaciones entre Israel y Hamás fracasan o si perciben que Israel está retrasando deliberadamente las negociaciones. Las fuentes no especificaron cuánto tiempo permitiría Irán que las conversaciones avanzaran antes de tomar medidas.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, declaró el martes por la noche que Israel está monitoreando de cerca a sus enemigos en previsión de un posible ataque. “Soy consciente de las tensiones y de la gran carga que pesa sobre los ciudadanos de Israel. Estamos observando lo que ocurre en Beirut, en Teherán y en otros lugares”, dijo Gallant durante una visita a una base de inteligencia de las FDI en el norte de Israel.
Gallant añadió que Israel está comprometido tanto en neutralizar las amenazas como en preparar todas las opciones para poder atacar donde se considere necesario, según declaraciones difundidas por su oficina.
Más tarde, la agencia de noticias Mehr informó que Irán estaba realizando un ejercicio militar en el norte del país, aunque no se especificó si estaba relacionado con los planes de un posible ataque contra Israel.
Algunos anticipaban que un ataque podría ocurrir la noche del lunes o el martes, coincidiendo con la conmemoración del 9 de Av, un día de luto y calamidad en el calendario judío. Aunque no se registró ningún ataque significativo durante el día, terroristas de Hamás intentaron disparar dos cohetes hacia Tel Aviv por primera vez en meses, y el martes por la noche se lanzaron unos 40 cohetes desde el Líbano hacia el norte de Israel, sin que se reportaran heridos.