El gobierno australiano anunció el cierre de su embajada en Teherán y ordenó la salida inmediata de todos sus funcionarios y dependientes debido al agravamiento de la situación de seguridad en Irán. La decisión se produce tras los ataques de Israel contra el programa nuclear iraní, iniciados la semana pasada, que han intensificado las tensiones en la región.
En una conferencia de prensa en Adelaida, la ministra de Relaciones Exteriores, Penny Wong, explicó: “Esta no es una decisión tomada a la ligera. Es una decisión basada en el deterioro del entorno de seguridad en Irán”. La medida alinea a Australia con otros países, como Bulgaria, República Checa, Nueva Zelanda, Portugal y Suiza, que también han suspendido las operaciones de sus embajadas en Teherán.
Las autoridades australianas instaron a los ciudadanos en Irán a abandonar el país si pueden hacerlo de forma segura. Wong informó que aproximadamente 2.000 australianos y sus familiares, registrados en Irán, buscan salir, mientras que otros 1.200 en Israel también han solicitado asistencia para partir.