El canciller iraní llegó a Italia para una nueva ronda de diálogo indirecto con EE. UU. sobre su programa nuclear, en medio de tensiones crecientes.
Delegaciones de Irán y EE. UU. se preparan para ronda decisiva en Roma
Abbas Araghchi, ministro de Relaciones Exteriores de Irán, arribó a Roma el viernes 18 de abril de 2025 para participar en la segunda ronda de conversaciones nucleares con Estados Unidos. A través de una publicación en su cuenta de Telegram, confirmó su participación en las negociaciones, que comenzarán el sábado y serán mediadas por Omán.
Durante este nuevo encuentro, ambas partes buscarán avanzar en un marco que limite el programa nuclear de Teherán. Steve Witkoff, enviado especial estadounidense para Medio Oriente designado por el presidente Donald Trump, liderará la delegación de EE. UU. El formato indirecto continuará mediante la intervención de representantes omaníes.
Las conversaciones en Roma dan continuidad al primer encuentro realizado el 12 de abril en Mascate, el cual ambas delegaciones calificaron como “constructivo” y “positivo”. En esa ocasión, además de intercambiar mensajes, Araghchi y Witkoff sostuvieron una breve charla directa, destacada por la Casa Blanca como un paso hacia posibles acuerdos.
Las posiciones iniciales muestran divergencias profundas. Irán defiende que su enriquecimiento de uranio al 60% tiene fines pacíficos y considera “no negociable” su derecho a mantener esta capacidad. En cambio, Witkoff ha señalado posturas contradictorias respecto a los límites de enriquecimiento aceptables para Estados Unidos.
Datos clave sobre las negociaciones nucleares Irán-EE. UU. en Roma
- Fecha de inicio en Roma: sábado 19 de abril de 2025.
- Participantes principales: Abbas Araghchi (Irán) y Steve Witkoff (EE. UU.).
- Formato: negociaciones indirectas mediante mediación omaní.
- Primera ronda: celebrada el 12 de abril en Mascate, Omán.
- Principal desacuerdo: nivel de enriquecimiento de uranio permitido a Irán.
- Rol del OIEA: Rafael Grossi insiste en mantener supervisión técnica, no política.
- Impacto económico: el rial iraní se fortaleció tras la ronda inicial.
Presión internacional y advertencias marcan el contexto de las charlas
Advertencias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) han intensificado la urgencia de alcanzar un acuerdo. El director general, Rafael Grossi, alertó el 17 de abril que el tiempo disponible es limitado, debido al avance rápido del programa nuclear iraní. Se reunió con Araghchi en Teherán dos días antes para discutir el papel técnico del organismo en el proceso.
Irán ha rebasado ampliamente los límites del acuerdo de 2015 desde 2019, acumulando reservas de uranio enriquecido que superan lo necesario para fines civiles, según expertos occidentales. Un alto funcionario iraní indicó que Teherán no aceptará desmantelar sus centrifugadoras, detener el enriquecimiento ni reducir sus reservas a niveles anteriores.
Desde Washington, la postura también ha sido firme. Witkoff primero sugirió que se podría restaurar el límite del 3.67% de enriquecimiento, pero luego afirmó que el objetivo debería ser la eliminación completa del programa. Estas posiciones han mantenido la distancia entre ambas partes.
Mientras tanto, las declaraciones de Trump elevan la tensión. El expresidente ha reiterado su disposición a autorizar ataques aéreos contra instalaciones nucleares iraníes si las negociaciones fracasan, lo que ha generado inquietud entre funcionarios iraníes.
Diplomacia indirecta comenzó con carta enviada desde EE. UU. en marzo
El reinicio de los contactos diplomáticos se produjo tras años de interrupción. En marzo de 2025, Trump envió una carta al ayatolá Alí Jamenei a través de los Emiratos Árabes Unidos. Irán aceptó abrir un canal de diálogo indirecto, lo que permitió la celebración de la primera ronda en Omán.
Durante ese encuentro en Mascate, el proceso fue facilitado por el canciller omaní Sayyid Badr Albusaidi. También participaron Ana Escrogima, embajadora estadounidense en Omán, y Witkoff. La Casa Blanca agradeció públicamente a Omán por su papel como intermediario.
El formato indirecto se mantendrá en Roma, aunque fuentes de Axios informaron que Estados Unidos espera que las conversaciones evolucionen hacia una negociación más directa. La posibilidad de que ambas delegaciones compartan la misma sala permanece abierta.
El retorno a la vía diplomática responde al interés de ambas partes por evitar una escalada. Sin embargo, el camino hacia un nuevo acuerdo sigue lleno de obstáculos por las posturas inflexibles y los antecedentes de incumplimiento del JCPOA.
Rusia se posiciona como aliado estratégico previo a la cita en Roma
Antes de viajar a Italia, Araghchi visitó Moscú, donde sostuvo encuentros con el presidente Vladimir Putin y el canciller Sergei Lavrov. Estas reuniones tuvieron como eje las negociaciones nucleares y el rol que Rusia podría desempeñar en un posible acuerdo futuro.
Rusia, como firmante original del acuerdo de 2015, mantiene influencia en el proceso. La presencia de Araghchi en Moscú refleja la importancia de coordinar posiciones con aliados estratégicos antes de las negociaciones clave en Roma.
Teherán busca garantías de que cualquier nuevo pacto no será revocado unilateralmente por futuras administraciones estadounidenses. La retirada de Trump del JCPOA en 2018 sigue siendo un punto crítico para Irán, que exige mecanismos de protección en un eventual acuerdo renovado.
Esta coordinación con Moscú también busca reforzar la legitimidad internacional de Irán en el proceso, en un contexto donde se cuestiona la viabilidad de un pacto sostenible sin respaldo multilateral firme.
Acuerdo nuclear de 2015 sigue siendo punto de referencia en el diálogo
El acuerdo firmado en 2015 entre Irán y el grupo P5+1 estableció límites estrictos al programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones. La salida unilateral de Estados Unidos en 2018 marcó el inicio del deterioro del pacto.
A partir de 2019, Irán incrementó significativamente su capacidad de enriquecimiento. Desde entonces, los esfuerzos para revivir el JCPOA han estado marcados por la desconfianza mutua y exigencias contrapuestas entre Teherán y Washington.
Irán ha rechazado incluir en las conversaciones otros temas como su programa de misiles balísticos, enfocándose únicamente en la cuestión nuclear y el levantamiento de sanciones económicas. Este enfoque ha limitado el alcance de los diálogos.
El curso de las negociaciones en Roma será determinante. La intervención de mediadores omaníes y el respaldo de potencias como Rusia evidencian la complejidad del proceso. Cualquier avance podría redefinir las relaciones entre Irán y Estados Unidos, así como el equilibrio regional en Medio Oriente.