El sub comandante de la Guardia Revolucionaria iraní, teniente general Abbas Nilpuroshan, anunció el domingo que Teherán está produciendo una nueva generación de misiles hipersónicos, informa i24NEWS.
Nilpuroshan también comentó las tensiones con Israel, subrayando que “Israel debería abandonar sus sistemas de defensa antiaérea, ya que los misiles avanzados son capaces de superarlos”.
En una declaración a la agencia de noticias Tasnim, dijo que los misiles avanzados pueden maniobrar a una velocidad de Mach 14-15 y “son capaces de derrotar a los sistemas de defensa aérea del régimen israelí”.
“Teherán dispone de información precisa sobre el funcionamiento del régimen sionista”, afirmó.
“Israel ha afirmado tener un sistema capaz de interceptar misiles hipersónicos, pero esto es un farol y una operación psicológica. Digo con confianza que los sistemas de defensa de Israel están anticuados en comparación con los misiles que hemos desarrollado”, declaró Nilpuroshan.
Afirmó además que “Irán ha limitado el alcance de los misiles a 2.000 km, de acuerdo con la orden del Líder Supremo de la Revolución Islámica, Jamenei, obedeciendo las doctrinas operativas del país y teniendo en cuenta las amenazas”.
También declaró que Teherán no tenía problemas para ampliar tecnológicamente el alcance de sus misiles.
Irán se jacta a menudo de sus logros militares, aunque no siempre es posible determinar con certeza si dice la verdad sobre esos logros.
En 2017, la República Islámica afirmó haber presentado un tanque de fabricación nacional que “tiene la capacidad de disparar misiles y guiarlos con precisión”.
Anteriormente, la Guardia Revolucionaria de Irán afirmó que había probado con éxito un misil balístico del tipo Hormuz 2.
Irán también ha afirmado estar en posesión del “padre de todas las bombas”, descrito como una bomba de fabricación nacional de 10 toneladas con un alto poder destructivo.
El mes pasado, Irán afirmó que dispone de la tecnología necesaria para construir un misil supersónico de crucero. Varias semanas después, lanzó ejercicios para probar sus capacidades de “guerra electrónica” contra simulacros de aviones no tripulados, cazas y helicópteros enemigos.