Alrededor de 4.300 gasolineras de todo Irán quedaron inutilizadas por el ciberataque del martes, según reveló la agencia estatal de noticias iraní IRNA, y duró hasta el miércoles, cuando la distribución de gasolina volvió a la normalidad.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, declaró que el ciberataque pretendía crear desorden, según Associated Press, afirmando que “debe haber una seria preparación en el campo de la ciberguerra y los organismos relacionados no deben permitir que el enemigo siga sus ominosos objetivos para crear problemas”.
El ciberataque interrumpió la venta de gasolina fuertemente subvencionada en toda la República Islámica, por lo que Raisi dijo el miércoles que su objetivo era crear “desorden y perturbación”.
Los detalles del ataque y su origen están siendo investigados, dijo a IRNA Abul-Hassan Firouzabadi, secretario del Consejo Supremo para la Regulación del Espacio Virtual.
Aunque se desconoce el origen de los ataques, algunos han especulado con la posibilidad de que hayan sido causados por Estados Unidos, Israel o grupos locales iraníes contrarios al régimen.
El Ministerio de Petróleo dijo que solo se interrumpió la venta con tarjetas inteligentes utilizadas para la gasolina racionada más barata, informó el medio de comunicación iraní SHANA.
Hace seis meses, el periódico iraní Tasnim News afirmó que se había producido un ciberataque masivo contra una red de combustible estadounidense, en el que los hackers se apoderaron de 100 gigabytes de información de la red.