Diplomáticos israelíes han sido agregados a grupos de WhatsApp dirigidos desde Irán y otras naciones hostiles, según un informe publicado el lunes que citó una advertencia de seguridad interna emitida al personal del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Este memorando se produjo tras múltiples casos de ciudadanos israelíes reclutados a través de redes sociales para espiar para Irán, así como después de contactos de la República Islámica con israelíes con fines de intimidación y reclutamiento, informó el sitio de noticias Ynet.
En la advertencia se señala: “Recientemente, ha habido informes de que [diplomáticos] se agregaron a grupos de WhatsApp, no a través de sus contactos. Estos son grupos que son abiertos y dirigidos por nuestros adversarios desde números de teléfono de Irán, Pakistán y más”.
Además, el comunicado recomendaba precaución, indicando: “Por lo tanto, es necesario estar atento a los grupos a los que se une y a los que se agrega, e incluso cambiar la configuración para que solo puedan agregarlo a los grupos los contactos que están registrados con usted”.
El mes pasado, la Dirección Nacional de Cibernética anunció que estaba investigando una serie de reportes de israelíes que recibieron llamadas, aparentemente provenientes de Irán, con mensajes grabados en hebreo que intentaban reclutarlos, amenazarlos e intimidarlos.
En junio, durante la guerra de 12 días entre Israel e Irán, varias figuras políticas israelíes informaron haber recibido llamadas telefónicas amenazantes de Irán, y según los informes, la República Islámica también pirateó el teléfono de la exministra de Justicia Ayelet Shaked durante ese período.
Paralelamente, en los últimos dos años se han dado a conocer decenas de casos de agentes iraníes que lograron reclutar a ciudadanos israelíes para esquemas de espionaje a través de redes sociales, especialmente mediante la aplicación de mensajería Telegram.
En la mayoría de los casos, los israelíes contactados son civiles comunes, a quienes oficiales de inteligencia iraníes acercan en línea. La dinámica típica comienza con la asignación de tareas aparentemente inocuas a cambio de un pago, que gradualmente derivan en actividades delictivas más graves, incluyendo la recopilación de inteligencia y la planificación de asesinatos.
