Un hombre armado mató a tiros a los jueces Mohammad Mogheiseh y Ali Razini el sábado en la capital de Irán. Ambos clérigos eran conocidos por su papel en las ejecuciones masivas de disidentes en 1988, según informaron las autoridades.
Ningún grupo asumió la responsabilidad inmediata por el ataque, pero la implicación de Razini en las ejecuciones lo había convertido en un objetivo recurrente, incluido un intento de asesinato en 1999. Este incidente representa un raro ataque contra el sistema judicial de Irán, que coincide con una crisis económica, tensiones en Medio Oriente y el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos.
Los jueces, miembros de la Corte Suprema de Irán, fueron atacados en el Palacio de Justicia de Teherán, sede del poder judicial y una instalación con estrictas medidas de seguridad. Un guardaespaldas resultó herido durante el incidente. El agresor, armado con una pistola, se suicidó en el lugar, según la agencia estatal IRNA.
La agencia judicial Mizan indicó que el atacante no tenía ningún caso activo en la Corte Suprema ni relación directa con los tribunales. Sin embargo, el portavoz Asghar Jahangir sugirió que podría haber sido un infiltrado, relacionado con el tribunal donde ocurrió el ataque.
Razini había sido blanco de un atentado en 1999 cuando un explosivo fue lanzado contra su vehículo. Por su parte, Mogheiseh, sancionado por el Tesoro de Estados Unidos desde 2019, fue señalado por supervisar juicios injustos y condenar a periodistas, usuarios de internet y miembros de la minoría bahaí. Ambos jueces estaban asociados con las controvertidas ejecuciones de 1988.
Las ejecuciones ocurrieron tras un ataque sorpresa del grupo opositor Mujahedeen-e-Khalq (MEK), apoyado por Saddam Hussein, en la frontera iraní al final de la guerra entre Irán e Irak. Esto dio lugar a juicios masivos que resultaron en miles de ejecuciones, conocidas como “comisiones de la muerte”. Organismos de derechos humanos estiman al menos 5.000 muertes, mientras que el MEK eleva la cifra a 30.000.
Mogheiseh nunca comentó sobre su implicación en las ejecuciones, pero Razini defendió en 2017 estas acciones como legales y necesarias para garantizar la seguridad del país. El MEK, que ha señalado a ambos jueces como responsables de las masacres, no ha emitido declaraciones tras los asesinatos.
Las investigaciones sobre el ataque continúan, mientras las autoridades buscan aclarar los motivos y posibles vínculos del atacante con otros grupos.