Estados Unidos está “cada vez más cerca” de alcanzar un nuevo acuerdo nuclear con Irán, dijo el lunes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
En declaraciones a los periodistas durante una rueda de prensa diaria, Psaki señaló que hay “componentes importantes” en los que ambas partes aún no se han puesto de acuerdo.
Desestimó las preguntas sobre la posibilidad de que las sanciones estadounidenses contra Rusia por su invasión de Ucrania obstaculicen las conversaciones en Viena, y dijo que tanto Moscú como Washington comparten el objetivo común de impedir que Irán obtenga un arma nuclear.
Sus comentarios se produjeron varias horas después de una reunión en Riga, la capital letona, entre el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken y el ministro de Asuntos Exteriores Yair Lapid.
Durante la reunión, que también se centró en la situación en Ucrania, Lapid señaló la preocupación de Israel por las negociaciones nucleares que podrían estar a punto de llegar a un acuerdo, y dijo que Israel tiene diferencias bien conocidas con EE. UU. sobre un acuerdo, aunque compartan el objetivo final de impedir que Irán desarrolle un arma nuclear.
“No es ningún secreto que tenemos nuestras diferencias al respecto, pero se trata de una conversación entre aliados que tienen un objetivo común, que es impedir que Irán se convierta en un país con umbral nuclear, y detener la capacidad de Irán de propagar el terror y la inestabilidad en todo el mundo”, dijo Lapid.

Blinken respondió que tanto Israel como Estados Unidos están “unidos y comprometidos con la propuesta de que Irán nunca debe obtener un arma nuclear.”
El ministro de Asuntos Exteriores dijo que los últimos acontecimientos en Ucrania son un recordatorio de que Israel no puede confiar en otros para defenderse.
Tras señalar que Israel se reserva el derecho de actuar militarmente contra el programa nuclear de Irán, Lapid dijo: “Esta guerra es un recordatorio para Israel. Tenemos amigos, tenemos aliados, pero nuestra seguridad debe estar siempre solo en nuestras manos”.
El llamado Plan de Acción Integral Conjunto, firmado en 2015, aseguró el alivio de las sanciones para Irán a cambio de estrictos frenos a su programa nuclear.
El acuerdo era entre Irán, por un lado, y Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, por otro.

El acuerdo se deshizo cuando el expresidente estadounidense Donald Trump se retiró de él, con el impulso de Israel, en 2018.
Las reservas de uranio enriquecido de Irán han alcanzado ya más de 15 veces el límite establecido en el acuerdo de 2015, según informó la semana pasada el organismo de control nuclear de la ONU, el OIEA.
Los próximos días son vistos como críticos por Occidente, que cree que el acuerdo podría ser pronto irrelevante al ritmo que Irán está haciendo avances nucleares.
Varios observadores creen que Occidente podría abandonar la mesa de negociaciones y dar por fracasado el acuerdo si no se alcanza un compromiso antes de este fin de semana.
Entre los puntos problemáticos, Teherán reclama el cierre de la investigación del OIEA sobre la presencia de material nuclear en lugares no declarados.
El director general del OIEA, Rafael Gross, que ha dicho que el organismo “nunca abandonará” sus intentos de que Irán aclare la presencia previa de material nuclear en los emplazamientos, viajará a Irán el sábado para reunirse con funcionarios del país.