Al parecer, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, de 63 años, no sobrevivió al accidente de su helicóptero ocurrido ayer.
Raisi fue elegido presidente en 2021 y, desde entonces, endureció las leyes morales, lideró una represión sangrienta contra las protestas antigubernamentales y presionó en las negociaciones nucleares con las potencias mundiales.
Antes de ser presidente, Raisi ocupó varios cargos en el poder judicial bajo la supervisión del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei. Como fiscal, al final de la guerra Irán-Irak en 1988, formó parte del comité que condenó a muerte a miles de prisioneros políticos.
Estas ejecuciones le valieron el sobrenombre de “Carnicero de Teherán” y resultaron en sanciones de Estados Unidos y condenas de Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos.
Desde 2006, Raisi formaba parte de la Asamblea de Expertos, encargada de nombrar y supervisar al líder supremo. Durante años, muchos lo consideraron un fuerte candidato para suceder a Jamenei, quien apoyó las principales políticas de Raisi.
Jamenei, que tiene la última palabra sobre la política exterior y el programa nuclear de Irán, había tratado de tranquilizar a los iraníes afirmando que no habría perturbaciones en los asuntos estatales.
